Por
Luis Benítez
La casa editora argentina Mora Barnacle publicó el quinto poemario del destacado autor local Ricardo Ruiz, cuyo trabajo, conceptual y preciso, recupera para el género la indagación filosófica yuxtapuesta a la belleza formal y descarnada.
Ya desde el título mismo de su último poemario, Husos del no (1), Ricardo Ruiz juega -pero muy seriamente- con la polisemia no casual: esa “h” que es muda en nuestra lengua posibilita el cruce de significados. El hilar (recordemos que texto proviene el latín textus, tejido) queda puesto en encrucijada con el uso, el empleo de algo para un fin determinado. Y tanto hila fino Ruiz que alcanza a rozar el territorio de lo inefable en muchos de sus versos, al tiempo que utiliza la poesía para interpelar al lector acerca de las preguntas esenciales en todo tiempo y lugar, las más básicas y justamente las que siguen evidenciando el vacío que alberga todo intento de respuesta.
Poesía fuertemente medular, la del autor porteño nacido
en 1953 no se rebaja sin embargo a la servidumbre de la representación, de la
que el género se liberó progresivamente a través del tiempo para constituirse
en universo propio, aunque bien comprende el poeta que existen vasos
comunicantes entre sus territorios y aquello que habitualmente denominamos como
la realidad concreta, tan velada como revelada a cada tramo.
Como Parménides de Elea (circa 515/530 a.C.-siglo
V a.C.) Ruiz, afín al presocrático, parece confiar en dos rutas posibles para
tan difícil misión como la que se propone: el camino de la veracidad, expositor
de aquello que es y de cuáles son sus íntimas peculiaridades (aunque no reniega
de la existencia de la nada, esa paradoja conceptual), al tiempo que transita
el camino del criterio, mas no como dictamen absoluto, para constituir su
cosmología personal. Ruiz deja abierto siempre el ancho ventanal de la duda y
la incertidumbre, consciente como es de la imposibilidad de la afirmación
absoluta y unívoca. Esta, que traería tranquilidad y certeza en cuanto al
interrogante formulado, resulta a todas luces inconcebible enfrentada al océano
de contradicciones que habitan y corporizan el resto de sus preguntas. Es
justamente esa materia intangible -que en la mayor parte de las piezas que
componen Husos del no Ricardo Ruiz logra sitiar, si no invadir con sus
versos- el tono más rico de su poemario, próspero en logros y también en
silencios que hábilmente hila/usa para resaltar por ausencia, método siempre
tan eficaz como arduo de implementar si no se dispone de una muñeca escritural
de los calibres que este autor posee.
Volumen hondo y necesariamente irregular (otro recurso
notable para sus propios fines) cuyas simas y cimas están depositadas allí adrede,
con toda la intención de este mundo al que refleja mientras que, al mismo
tiempo, persuade de ser otro, inacabable: el de la poesía.
El “no” presentado/representado como concepto -negación
que se asimila inmediatamente la nada- es reciclado por Ruiz de un modo
brillante, como práctica sobre la que vuelve una y otra vez, empleada como
eficaz herramienta de su indagación, para excavar simultáneamente en aquello
que es y aquello que no es, en busca de su Dasein (2).
El
autor
Ricardo Ruiz nació en Buenos Aires en 1953. Poeta. Ha
publicado anteriormente: “Racimo”, (1980); “Poemas” (1982); “otros cantos
gallan” (1989); “Tristes rüidos furias”, (1990) y “Huesos de otros vientos” (2015).
Formó parte del grupo literario Kairós y coordinó talleres de poesía. Participó
en la antología “65 poetas por la vida y la libertad”, Abuelas de Plaza de
Mayo, 1983; colaboró en las revistas “Xul” y “Casa de las Américas”. Administra
la página de poesía en Facebook “Presente Griego”.
NOTAS
(1)Editorial Mora Barnacle, ISBN-978-987-45869-92-1, 48
pp., Buenos Aires, 2022. https://barnaclemora.wixsite.com
(2)Dasein
es un término de la lengua alemana que significa al mismo tiempo “ser” y
“allí”, estar allí, en el sentido existencial. Fue empleado por Georg Wilhelm
Friedrich Hegel (1770-1831) sobre la base del idealismo germano, sí como por Karl
Theodor Jaspers (1883-1969) desde el existencialismo trascendentalista, pero en
Ricardo Ruiz se ajusta más -estimo- al uso que hace del Dasein Martin Heidegger (1889-1976), desde una óptica que
dialoga principalmente con la antigua filosofía griega y el existencialismo de
cuño kierkegaardiano.
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