Por Eva Feld Sara Montiel desató una tormenta en la Universidad de Cincinnati este martes dos de mayo, Su presencia, su encanto y su perpetua voz de diva dispararon alertas de tornado. Llovió, tronó, relampagueó, pero ella, llena de gracia y salero, no le cedió el paso al viento ni al aguacero, ni siquiera al dolor punzante en su costillar herido, nos cantó y entretuvo, para exaltarnos, a unos ochenta privilegiados. Tan extasiados estuvimos los allí presentes, que nadie sería capaz de desmentirme al atribuirle la tormenta primaveral a su presencia y no al tradicional clima regional, donde por lo regular, cuando sale el sol, hace frío y cuando al fin llega el calor, llueve. La fecha de su presentación no pudo ser más emblemática ni más española, hela allí a la Diva marcando el territorio de la hispanidad. Hela allí a la Diva parada frente a las bayonetas, como en el extraordinario cuadro homónimo de Goya. Heroína y s...