Carta al libro

Por Andrés Hoyos Querido compadre, me alegra mucho que tus apresurados sepultureros de hace unos años se hayan quedado con los crespos hechos. Me gusta recordar que eres quizá el invento tecnológico más importante de la humanidad, al menos desde la escritura y la agricultura, ambas prehistóricas. La tuya es la más poderosa extensión de la cumbre del ingenio humano, el lenguaje hablado, que según sospechan algunos paleontólogos pudo ser el arma que selló la victoria del Homo sapiens sobre el resto de los homínidos. Para 1449, cuando Gutenberg terminó de inventar la imprenta de tipo móvil, la población de Occidente era casi del todo analfabeta y los idiomas se seguían fragmentando a gran velocidad. Tú hiciste posibles la alfabetización y la educación de multitudes. Por eso compites con ventaja con la rueda, la electricidad y la digitalización, solo que ya llevas cinco siglos y medio entre nosotros y la gente te da por descontado. No, no eres necesario para habla...