“La tersura del silencio”, de Alejandro Cesario
Por
Luis Benítez
El sello Detodoslosmares, de la Córdoba americana, acaba de distribuir en librerías el último poemario del reconocido poeta y novelista nacido en Buenos Aires en 1967, quien acredita una obra de peso específico y diversos reconocimientos brindados a su trayectoria autoral.
Noventa y dos piezas arman la ceñida y muy consistente estructura de La tersura del silencio (1), flamante entrega poética de este destacado autor argentino, caracterizado por la precisión evocativa de las imágenes que emplea, capaces de ir mucho más allá del nombrar: Cesario posee la destreza escritural necesaria para pintar climas, situaciones, personajes e interrelaciones con unos pocos pincelazos diestros, que sumergen al lector prácticamente de inmediato en un universo que ya le es propio.
Llamativamente, el discurso lírico que emplea, aunque hace uso -y muy abundante- de un rico arsenal de localismos propios de la escena rural de la Argentina, no permanece ajeno al lector ni se presenta ante él como un muro cerrado a la interpretación; antes bien, esos regionalismos típicos del interior del país lo que hacen es acrecentar aún más el potente medio expresivo que Alejandro Cesario inficiona en el torrente emocional y conceptual de quien recorre las páginas de sus obras.
Un alegato poético es el suyo donde, además, tienen un papel similar a lo antedicho el manejo diestro de arcaísmos que el poeta rescata y coloca muy adecuadamente en lugares claves de sus versos, enriqueciendo lo que manifiesta sin caer jamás en los abusos característicos de un neobarroco tantas veces antes mal manejado por autoras y autores menos dotados para la ardua tarea que demanda la escritura poética.
Así, Cesario es capaz de fijar momentos únicos que detiene en el instante de su mayor expresión, cuando otras sensibilidades que la suya no serían capaces de notarlos ni otorgarles la importancia de sentido que poseen. Esta notable capacidad de “fotografiar” lo que sucede no se reduce en Alejandro Cesario a la mera exposición de una escena o un sentimiento, a exterioridades; lo que hace relevantes sus composiciones es que en ellas se muestra tanto el anverso como el reverso de cuanto expone. Posee la maestría quirúrgica suficiente como para que en un número reducido de versos -la síntesis que emplea es extrema- tanto el objeto como el sujeto y su interrelación se muestren de modo simultáneo, involucrando al lector en un flash de sentidos que no pocas veces alcanza la intensidad de una epifanía, una revelación, un insight insoslayable.
La tersura del silencio es un texto altamente recomendable para todos aquellos que amamos dejarnos llevar por las palabras y que nos conduzcan a donde ellas quieren: al centro mismo de la más genuina poesía.
El autor
Alejandro Cesario nació
en Buenos Aires, en 1967. Publicó la novela Esas miradas tristes -un viaje por la Patagonia (2006); y
previamente al título que nos ocupa los libros de poemas El humo de la chimenea (2009), Fragor de borrascas (2011), Ciervo negro (2012), Estación de chapas (2013) con
Ediciones del Dock, La última sombra
(2015), El bruto muro de la casa
propia (2018), Tonada que no
canta (2020), con Ediciones la yunta y Una hilacha en lo real (2022), Mención De Honor 2021-2022, por
la SEP (Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires) con Ediciones
Cartografías, Río Cuarto. Integra la Antología
Federal de Poesía de la provincia de Buenos Aires (Consejo Federal de
Inversiones, 2019) y Poesía Argentina
Contemporánea, Tomo I, Parte trigésima (Fundación Argentina para la
Poesía, 2025). Dirige junto a Roberto Raschella y Daniel Riquelme Ediciones la
Yunta.
NOTAS
(1)Editorial Detodoslosmares, ISBN
978-631-90528-6-2, 120 pp., Capilla del Monte, Córdoba, Argentina, 2025.
https://www.editorialdetodoslosmares.com
/ detodoslosmares.editorial@gmail.com
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