Por Luis Benítez
Recientemente el sello mexicano Aquitania Siglo XXI lanzó una antología del destacado poeta cubano, que reúne una cuidada selección de su obra.
Una flor sobre mi tumba. Lo mejor de Félix Guerra (1), tal es el título completo de esta nueva propuesta de la joven pero muy activa casa editora mexicana. La obra se integra a la colección “Consagrados” aportando casi 200 páginas de una minuciosa recopilación efectuada por Gabriela Guerra Rey (2), directora de Aquitania Siglo XXI, quien incluye asimismo en esta entrega un detallado prólogo que reseña las características principales de la poética antologada, así como detalles biblio-biográficos acerca del autor nacido en Camagüey en 1938. Guerra Rey es hija del reconocido poeta cubano y cabe subrayar que en este trabajo no solamente incluyó textos de los poemarios publicados, sino que además tuvo la deferencia para con el lector de sumar 9 poemas inéditos, hasta ahora muy poco conocidos.
Quien mejor resume en breves pero sentidas líneas la personalidad de este autor cubano de primera línea es la antóloga, cuando en su texto prologal señala: “Era de los poetas capaces de dedicar toda la vida a un verso, hasta encontrar su perfección. Al lector le prometo memorables joyas; pensarán en esto cuando estén leyendo a Félix. Aunque produjo una vasta obra, no lo recuerdo como un hombre agitado o preocupado. Buscaba la felicidad en el acto de creación, y nunca vi que quisiera huir de allí. Al contrario, lo perturbaba tener que extirpar, aunque fuera por días, la rutina de escribir, leer, pensar, quedarse dormido pensando, volver a escribir”.
Jorge Luis Borges puntualizaba que “la poesía es la felicidad del idioma” y es desde este punto de vista que deben ser entendidos los poemas de Félix Guerra, pues sus textos destilan abundantemente esa forma particular de la dicha y saben cómo transmitírsela a sus lectores. Desde luego que esta escritura, no por luminosa, deja de incluir en sus entresijos los rincones más oscuros de la realidad tanto subjetiva como objetiva. El desasosiego, la angustia, la poca creencia en lo factible del porvenir, el desangramiento de las ilusiones, elementos conceptuales y emocionales que acechan permanentemente al hombre contemporáneo, tienen cabida –y fuerte- en esta poética tan precisa como omniabarcadora, donde las tinieblas de lo posible se encuentran y entrelazan página a página con sus contrapartidas de índole más positiva. Porque la esperanza, la rebelión ante las injusticias, la potente denuncia humanista, la ternura que emana de lo más hondo del ser y embebe muchos de los versos del gran poeta cubano, están allí para decirnos que no todo está perdido todavía. En ocasiones más sutilmente aludidas, en otras directamente enunciadas, estas potencias habitan permanentemente las obras de Guerra, donde también, entre la noche del alma y los rotundos amaneceres del espíritu, hay terreno abundante para los claroscuros, las zonas penumbrales, el campo de las transiciones entre un sentido y su opuesto.
Dueño de un universo que es tan suyo como característico y bien reconocible, Félix Guerra extiende generosamente algunas de sus mejores obras a través de la minuciosa selección que contienen las páginas de Una flor sobre mi tumba. Nos convida así a conocerlo y descubrirnos a nosotros mismos en sus versos, a identificarnos con su alta palabra.
El autor
Narrador, poeta, guionista y periodista, uno de los fundadores de la legendaria revista El Caimán Barbudo, Félix Guerra nació en Camagüey, Cuba, en 1938, y falleció en La Habana en 2021. En su destacada carrera literaria, Guerra abarcó una vasta gama de géneros y ha recibido numerosos premios y distinciones por su labor. Algunos de sus títulos son los que siguen: Che Sierra adentro (testimonial, 1970); Cincopicos (prosa infanto-juvenil, 1987); Muerte de Zacarías (nouvelle, 1988); El fuego que enciende los fusiles (novela, 1988); El amor de los pupitres (poesía, 1992); El sueño del yaguar (poesía, 1993); El año que estuvimos en ninguna parte, la guerrilla africana del Che Guevara (en coautoría con Froilán Escobar y Paco Ignacio Taibo II, 1994, 1995); Criaturas insólitas o desaparecidas (bestiario, 1997); Prestamista de valores (poesía, 1998); Para leer debajo de un sicomoro (entrevistas, 1998); Los funerales del rey (crónicas, 1999); La melodía del pez tambor (poesía, 2000); Rama verde, criatura dorada (varios géneros, 2003) y Monte y ciervo herido (coautoría con Gabriela Guerra Rey, ecología, 2009). Félix Guerra ha recibido los siguientes reconocimientos: Premio La Rosa Blanca al mejor libro para niños y jóvenes en 1998 por su libro Cincopicos; Premio Nacional de Periodismo “26 de Julio” en 1992, 1993 y 1994; Premio Anual de la Crítica 1992 por su libro El amor de los pupitres; Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez, 1994, y Premio Anual de Periodismo “José Martí”, 1995. Otras distinciones: Órdenes Félix Elmuza, Juan Manuel Márquez, Juan Gualberto Gómez y 25 Aniversario, de la UPEC; XX Aniversario, de la UJC; V Congreso de los CDR; Orden por la Cultura Nacional, del Ministerio de Cultura de Cuba y Distinción Gitana Tropical, de la dirección provincial de Cultura de Ciudad de la Habana, Cuba.
Notas
(1)Antología poética, Editorial Aquitania Siglo XXI, ISBN 9798845999252, selección y prólogo de Gabriela Guerra Rey, Ciudad de México, México, 183 pp., 2022.
(2)Gabriela Guerra (cubano- mexicana) es escritora, periodista, investigadora y directora editorial de Aquitania Siglo XXI. Licenciada en Economía y diplomada en Periodismo por La Universidad de La Habana. Maestrante en Letras Latinoamericanas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ganadora en 2016 del premio Juan Rulfo a primera novela por Bahía de Sal (España, México y Argentina). Finalista en 2020 del premio de novela Ciudad de Badajoz por Hellena de Todas Partes. En su obra destacan también la novela Luz en la piel, cinco voces de mujer; la antología de cuentos Los amores prohibidos de la muerte y las crónicas testimoniales Nostalgias de La Habana, Memorias de una emigrante. Es parte de varias antologías latinoamericanas y europeas de cuento y colaboradora de prestigiosos medios. Es coordinadora en La Ninfa Eco.
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