Por Jorge Ramos Guerra
“Lor-Vas” fue el seudónimo del periodista el historiador caroreño Luis Oropeza Vásquez, desde su columna periodística “Mirador de Argos” quien a su muerte, en noviembre 24 de 1990 el periodista y poeta Esteban Rivas Marchena escribiría que:
<<Nos queda el dolor y nos queda el recuerdo. Pero cuando se trata de haber sido de escritos, sus obras escritas impiden que la muerte sea total. Luis Oropeza Vásquez continúa viviendo en sus libros, en sus columnas de prensa, en sus ensayos biográficos, en su biografía del general Pedro León Torres, en su análisis estupendo de “La Maldición del Fraile, en sus vocaciones históricas diversas y fecundas>>
La biografía del general Pedro León Torres y sus hermanos de héroes, es impecable históricamente, sino la mejor escrita sobre el Héroe de las Batallas de El Juncal, San Félix y Bomboná, (1787-1822) y “La Maldición del Fraile” y otras evocaciones históricas, publicado por la Academia Nocional de la Historia (caracas 1983) es una recreación por la amena imitación a conocer la vida del fraile Idelfonso Aguinagalde de una familia pera de Carora, de políticos, un sacerdote, un militar monja y el capitán Martín María Aguinagalde, asesinado en funciones de gobernador de la provincia de Barquisimeto. A juicio de Oropeza Vásquez, la “prolongada vida de Fraile Idelfonso Aguinagalde se verá envuelta en repetidas ocasiones por la tragedia, la dura pelea y la persecución política, de allí, la leyenda que se ha tejido como lo señala Oropeza Vásquez:
<< De generación en generación se ha venido trasmitiendo la creencia de que el Fraile fue expulsado de Carora en un burro, con la vista puesta hacia la ancas del animal” dando origen a “La Maldición del Fraile” que
<<cuentan, que el Fraile Aguinagalde no perdonó jamás a sus enemigos y que en la Iglesia caraqueña de san Francisco, cuando le tocaba hacerle las ceremonia religiosas a un difunto que había pertenecido al partido conservador, aprovechaba el momento de rociar agua bendita al sarcófago ara decir con cada aspersión este rezo singular ¡Agua bendita pérdida, alma de godo no se salva, agua bendita perdida, alma de godo no se salva!>>
Luis Oropeza Vásquez nacería en Carora, el 6 de enero de 1921 y formó parte de un generación de jóvenes privilegiados que se formarían intestinalmente con las enseñanza de don Cecilio Zubillaga Perera, uno de ello el historiador Guillermo Morón diría de él que era un “culto inteligente periodista” A su fallecimiento, se crearía la Fundación Cultural que leva su nombre (Fundalorvaz) que tiene entre muchas actividades, la responsabilidad de compilar sus centenares de artículos por la prensa nacional y por supuesto, la promoción de la cultura a la que dedicó su vida. Pendiente esta la biografía de Ildefonso Riera Aguinagalde, Ideas y Luchas del escritor”. Sobre esos particulares pensamos que la municipalidad de Torres y su sociedad civil, están llamados al fomento del legado de aquellos jóvenes, porque la crisis que padecemos, solo se supera, en la medida en que podamos atender a esa juventud que estudia y trabaja con esfuerzos, y para quienes, acceder a la historia regional, incluso local es un reto, alcanzable con voluntad. y Luis Oropeza Vásquez demostró que se puede, y a la Historia voy, Victoriosa o vencida…
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