La ciudad de las mujeres, nueva buena novela de José Ioskyn
Por Luis Benítez
La
editorial porteña Paradiso Ediciones distribuyó en librerías la última novela
del autor platense, La
ciudad de las mujeres (1),
donde nos reencontramos con un viejo conocido, esta vez deambulando entre
Brasil y la Argentina.
Vito,
el hombre que no sabe bien lo que quiere pero lo quiere ya, vuelve a las
andadas en esta nueva novela de José Ioskyn. Ya conocemos su singular manera de
moverse en este mundo, entre el desconcierto, la duda y el impulso, desde que accedimos
a sus peripecias gracias al volumen de cuentos Cómo hacerse hombre, también publicado por Paradiso Ediciones, en
2019.
Nuestro
personaje “dos en uno”, héroe y antihéroe en simultáneo, ya más mayorcito que
en la entrega de 2019 pero no más maduro, repartirá sus desventuras y devaneos
anímicos entre los calores y las particularidades de los variados tipos humanos que conocerá en
Río de Janeiro y la más templada atmósfera de Buenos Aires, aunque esta última
escenografía no sea tampoco demasiado receptiva para su peculiar manera de
relacionarse con los demás.
Ganándose
la vida como crítico literario, este Vito casi cincuentón buscará alejarse de
sus propias frustraciones y de las humillaciones que le dispara Tomás, su jefe
inmediato, entre otras ingratitudes que le depara la existencia.
Vito
se instalará en Río en busca de nuevos horizontes, aunque tan difusos como
siempre los tuvo. En principio, se comportará adecuadamente: se hará de un
techo seguro mientras espera acudir a la entrevista laboral que tiene programada con una importante
representante de un medio local, de la variedad seria ejecutiva profesional,
dispuesto a encaminar sus días en país ajeno. Sin embargo, “la cabra hacia el
monte tira” y nuestro protagonista se cruzará previamente con la primera de las
damiselas que desfilarán por la novela, con el final previsible en su
departamento alquilado. Después y pese a la desesperación por llegar siquiera
tarde a la cita laboral, el tráfico infernal de la ciudad le servirá una vez
más para desviar su destino hacia ninguna parte.
Si la
contradicción entre creencias, conceptos, pensamientos y actos es una de las
peculiaridades más específicas de la idiosincrasia de lo humano, Vito no puede
ser representado mejor por su creador que apelando a la pintura de este detalle
de su personalidad. En este, como en otros aspectos, Ioskyn se revela como un
esmerado creador de caracteres y situaciones, donde el conflicto entre lo que
sus criaturas suponen ser y lo que son a ojos del lector tiene una firma muy
clara, la suya.
Hábilmente,
el narrador aprovecha la descripción de un personaje para seguir hablando de
otro: así, cuando Vito, el hombre-niño deseante, nos describe a Mimí, una de
las mujeres que intersectan sus días y su cuerpo en Río, sus extrañas
características físicas y emocionales, que lo cautivan y lo expulsan al mismo
tiempo aunque están muy lejos del prototipo de la belleza y seducción mainstream, le sirven al autor para
ilustrarnos acerca de otras peculiaridades del protagonista. De igual manera
obrará el novelista en otras situaciones de la diégesis, en un juego de espejos
de marcada efectividad. Asimismo, es de relevar la pericia con la que Ioskyn introduce en el relato general los flash-backs que remiten al Vito juvenil,
cuando en compañía de su amigo Camilo conformó un dueto de símil-hippies lo
suficientemente drogadictos, borrachos y
disparatados como para llenar el vaso del lector con sus andanzas y los
planos-detalle de sus personalidades, que ya preanuncian a quienes ambos serán
mañana. Camilo también volverá, más entrado en edad, en otras páginas de La ciudad de las mujeres.
Como
el protagonista, que es también reseñador de los libros de otros, me las veo en
figurillas para dar cuenta de todo lo que contiene este volumen, breve de
extensión pero denso en contenidos, algo que solo sucede cuando el limitado
espacio de una crítica literaria se ve desbordado por la buena calidad de lo
reseñado.
Aprovechando
que es norma y de buena educación evitar el spoiler,
dejo aquí tres puntos suspensivos en cuanto a lo que sucede con Vito al volver
a Buenos Aires –derrotado por él mismo y sus circunstancias, como siempre- para
seguir fracasando ante sí y triunfando contra sus destinos posibles, con la
ayuda invalorable de cuantos se cruzan con él y lo benefician con sus
interacciones tanto como lo perjudican.
El autor
José
Ioskyn nació en La Plata, Provincia de Buenos Aires, en
NOTAS
(1)Paradiso
Ediciones, ISBN 978-987-4170-58-3, 192 pp., Buenos Aires, marzo de 2022.
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