Por NAUDY HENRIQUE LUCENA
Ç.1. A manera de
epígrafe: “El padre Freites no tenía idea del tiempo sino que entendía a
éste como el modo en que fluye la eternidad.
Su lucha espiritual era a su vez,
su forma de entender el enredo de las
cosas; pero las cosas, no eran tales, porque para poder ser eso tenían que detenerse en la eternidad y si lo hacían, ésta por su puesto, semejante
a una gran rueda se trancaría y dejaría de andar. Se devanaba
los sesos contra la realidad y no
lograba verse en esa sucesión de las cosas, sino en la fe de las cosas y ya
para él no había, causas ni efectos que lo picaran, porque si pensaba veía y si
veía era porque atrapaba algo que se movía en la sucesión y este algo, tenía
que ser, una partícula de la tal eternidad
infinita, y así seguía sumergido en
su particular idea de la fe, hasta que
era entendido más bien, antes que
entender él mismo, lo nada que era, y ya fusionado en esa nada durante
su plegaria; aniquilado, echado de su conciencia, fuera de sí mismo como un astronauta,
sólo la presión del infinito y los
gritos de Angelina para que viniera a comer, le hacían regresar…”.1
Prefacio. El anhelo místico es con toda seguridad uno de los infinitos atributos de Dios y hasta podría estar incluido entre los afectos o virtudes positivas de los humanos, aun cuando para Baruch de Espinosa2 tal “cosa” era una pasión de ánimo un poco confusa, es decir, de infinita resolución . Por su puesto dicho autor tenía una experiencia amarga con tal deseo y éste más bien lo había afectado; fue expulsado de los templos, excomulgado, maldecido, vetado por la academia, despreciado por los políticos a los que consideraba partes del mundo de la impureza según cuenta la hagiografía del mismo; fue acusado injustamente de colaborar con un partido político pero esta era la única forma de salvarse de la inquisición, siendo inquisidor, fue execrado, y denigrado hasta la saciedad por los otros partidos políticos ; su novia se casó con otro, y sus bienes expropiados y repartidos; su sufrimiento lo llevó al hueso, no obstante mantuvo una actitud estoica firme y aunque no se sabe muy bien, dicen que se vengó de todos ellos amándolos en sus escritos; al menos con su experiencia dejó modelos de pensamiento éticos, reformas del entendimiento, tratados políticos/religiosos de orden geométrico y también unos cuantos hijos de sus ideas ; Se cree que ha reencarnado varias veces y que aún está vivo, viviendo prácticamente a través de Otros. Quizá a este autor, a su sapiencia y a su indiscutible locura se debe la variedad del entendimiento intuitivo sobre la democracia actual y de muchos aspectos de valor psico-adictivos abstractos de la sociedad actual; el anhelo místico debía insertarse o comprenderse más bien dentro de los atributos totales de Dios, la voluntad, el deseo, el amor, eran, son y siguen siendo formas o modos de pensar y sólo se entiende que se entienden cuándo se ha caído en su círculo de fuego o juego si se permite decir este atrevimiento. Se cree que ya no es necesario explicar tanto o poco, in extenso o limitado, reducido o expandido sobre tales atributos sino creer.
Todos
sabemos que el amor es un atributo; pero para Baruch este atributo se ha distorsionado y convertido en deseo inmoderado; la contagiosa avaricia por ejemplo, no es otra cosa que el amor a la riqueza, y la
pasión libidinosa siempre oculta y simulada es el amor de los cuerpos; la
borrachera es el amor al beber. Pero tales conceptos expresados por un hombre
del siglo XVII no son confiables sino admirables; sin ninguna duda, no hay que confiar, la locura también se
pega y la memoria sobre todo la lingüística suele ser traicionera; existe el
riesgo del deslizamiento de los conceptos, y algunos pueden creer una cosa por otra y lo que es
realmente puede estar situado a
mucha distancia de lo que se dijo o se quiso decir; hay que cuidarse también de
la inculcación, la insinuación, intriga, o intención de trasvase, viejas palabrejas de múltiples significados
pero de una sola esencia y propósito sutil y engañoso, una sola intención reduce y toma la voluntad ajena ;la viola y la
posee para sí, sujetándola; y no es que
se engaña a la imaginación, es que ésta es la que engaña porque no se puede ver el mal en aquello que se muestra como
bueno.
De allí la necesidad de
reformular el entendimiento, reformatearlo no sólo en la forma como la plantea
Baruch de Espinosa sino adentrarse aún más en su diseño geométrico, su
arquitectura nano y macro espacial más
allá del orden social hasta fundirse al pensamiento de Dios; esa es la esencia
de la neo-mística. Después de todo, un
concepto puede haber nacido de otro
concepto y éste a su vez de otro hasta el infinito y todos tienen un sola voluntad de origen; una causa de todas las causas; causa sui. La inculcación es intención
inmoderada, una voluntad alien invasiva que echa raíces amargas muy difíciles de arrancar, incluso el odio, la
rabia sorda a alguien a quien ni siquiera se conoce puede ser el resultado de
alguna inculcación y este mal porque no tiene nada de bien, es un método de preservación del mal;
por su puesto que el asunto es dialéctico
y lo que es mal para unos puede ser
bueno para otros.
Ç2. En sí… Sólo aquellos que han sentido alguna vez el abismo sagrado bajo sus pies o sus
rodillas pueden entender realmente en que consiste el anhelo místico como
atributo; el modo paralelepípedo
ortogonal de entrar, darse o sentirse flotando en la nada del infinito;
esa sensación inexplicable alcanzada por
algún suplicante en el trance de una
oración profunda y desesperada pero que
seguramente en forma ostentosa y
arrogante, ha podido experimentar
en acto pero de otra manera, el multimillonario Jeffrey Bezos cuando perforó la línea kármán del cielo con su nave espacial New
Shepard, hizo un agujero al escudo de la tierra y
flotó por unos minutos en el abismo oscuro; un atrevimiento científico que traerá posiblemente-según dice el padre
Freites- algunas consecuencias impredecibles y espantosas de caos celeste, el horror de lo sagrado, el misterio del inminente
castigo sobre la humanidad, que ya han sido
previsto en las escrituras bíblicas, por el pecado o el error que es lo
mismo, de incurrir en alguna profanación intencional al espacio sagrado; nada tiene de extraño que sea por ese
punto espacial marcado, ese
cuadrante preciso por donde va a
entrar a la tierra aquel feroz Apolión
de larga melena y dientes afilados de
león con sus ejércitos de langostas. La lucha
entre lo sagrado y lo profano siempre ha sido por el temor a la cólera
sagrada, un mysterium profundus permanente
que ha estado desde los principios de la sociedad humana y por la cual, según las evidencias ha sido un
efecto cíclico o retornable tanto como ha sido perdonada tantas veces y pospuesta su posible
su castigo de auto-aniquilación,
pero esta humanidad no termina por entender su fragilidad, así que sigue
y seguirá padeciendo de inundaciones,
terremotos, pestes, guerras y explosiones atómicas hasta que se termine el capítulo y el autor cierre el gran libro en el cual todos somos
personajes fugaces. Claro que esta
visión mística del padre Freites (un poco patética) al igual que la de Baruch de espinosa sólo se abre al poder del entendimiento por
la inclinación a lo sagrado del creer en
sí que sería su salvación.
Ç3. Transmigraciones. Las transmigraciones místicas del
padre Freites se dan de la realidad a la ficción, de la historia a la
literatura porque es todo un personaje
admirable como el tal Baruch de Espinosa y anda por
ahí, tan humilde que nadie lo ve y a menudo
pasa apresurado por los pasillos de los hospitales con su sotana blanca sacerdotal que tiene por
cierto, si alguien se fija bien, unos remiendos zurcidos minuciosamente como
con hilos de arañas y su olor a incienso y velas que se esparce por los
pasillos cuando se dispone asistir algún
enfermo terminal ; se cuenta que a muchos los ha ungido con un aceite que carga
en un frasquito y les dice con dulces palabras que se prepare para dar un salto
con alegría a la eternidad, termina su
acto y sale de allí con su cabeza inclinada y en silencio pero algo ocurre con su trabajo encomendado,
porque le sale mal, y aquellos moribundos se levantan y caminan; eso sí, quedan
con un pie aquí y el otro allá pero vivos. Estas cosas raras le han traído no pocas contrariedades con
las autoridades superiores y también con
las inferiores de su orden. Regularmente asiste a los presos en las
cárceles, les predica y sale de allí apresurado; y cuando cree que su prédica
ha caído al vacío, una vez que ha
salido, lo sigue una oveja descarriada que ha atravesado las rejas y se ha escapado completamente invisible para sus guardianes. __ Écheme la bendición
Padrecito—es lo que dice aquella alma
encarcelada __ que regreso antes que se den cuentan. Con lágrimas en los ojos le respondió__ Dios
te bendiga, hijo, no temas, ve en paz que ya no vas a ser contado, ni te pondrán más una marca de cenizas en tu
frente. Nadie como el padre Freites para defender las causas pérdidas de las ovejas descarriadas. Su humildad ya es una extensión de su cuerpo y
aunque parezca debilidad nada es más
fuerte que su posesión porque con ella, con esta debilidad y esto se puede comprobar, es más fácil alcanzar el afecto infinito de la misericordia, un gozo y una alegría que
sobrepasa a la envidia y el orgullo que
son amores desviados de su cauce hasta
reducirlos a cenizas; el amor y el odio,
hora podemos entender, aunque parezcan contrarios y no tengan nada en común;
por el contrario son una sola cosa pero en grados de cero a infinito o
viceversa. En cuanto el amor, también
puede ser confuso a causa de la carne que muchas veces y sobre todo a los
jóvenes con vocación mística les suele
poner emboscadas y de muchas maneras, pero su ardor va disminuyendo poco a poco, en la medida que
pasen los años y aquello que pudo haber sido un error grave, le trae al
místico sonrientes recuerdos y comprenderá después que han sido bendiciones ocultas para que no se sienta solo sin familia.
Y si alguno le ha recriminado por haberse sentado junto a algún político, es porque con toda seguridad
estaba asistiendo alguna oveja perdida y confundida pero nadie como él sabe
que el político es el propio homo homini
lupus.
1.
Los
mundos de Arcadia barrios.Novela.ISBN.9789801807575.
2.
Baruch
de Espinosa. Ética demostrada según el
orden geométrico .ISBN. 84-7530-468-0
nhlucena@hotmail.com
Excelente
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