Entrevista al poeta peruano Renato Sandoval


Renato Sandoval: .”En el mejor de los casos, es una lotería; pero por lo general ya están decididos de antemano, esto en caso de premios "importantes". Su dudosa valía dependerá de la cantidad en la canasta: a más dinero, más relevancia ”

CICLO DE ENTREVISTAS "CUARENTENA POÉTICA"
Por Víctor Coral.

-Muchos poetas suelen tener una imagen poética primera. Algo así como el primer recuerdo relacionado con la poesía, un escenario poético, una visión... De tenerla, ¿cuál es la tuya?
Creo que mi primera impresión, y también la segunda, son como consecuencia de mi incomprensión y luego la sobrecomprensión de lo que se podía hacer con el lenguaje. De lo primero, como a los trece años, de tanto ver, de camino a mi colegio, en la vitrina de una librería la tapa de un libro llamado Trilce, me dio tanta curiosidad ese extraño nombre que ahorré mis flacas propinas hasta que lo compré. Cuando empecé a leerlo, desde el primer verso no entendí nada en lo absoluto, pero a medida que avanzaba en su lectura, me gustaba más y más el hecho de cómo sonaban las palabras y las frases que sin duda, aunque no las captaba, significaban más de lo que podía sospechar, y yo sospechaba mucho, sin tener certeza de nada; de ahí mi primer asombro. Y de lo otro: poco más tarde, leyendo "Song of my self", ¡cómo me sacudían hasta el espanto por ejemplo estos versos: "y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también. (...)/ Mi lengua y cada átomo de mi sangre nacieron aquí,/de esta tierra y de estos vientos."! ¿Amar con cada átomo de cada quien? ¿Compartir átomos con otro? Puesto que yo entendía literalmente esa desmesurada pequeñez, el encanto y las fuerzas superiores del lenguaje poéticos me raptaron de por vida.
-¿Cómo fue el proceso de escritura de tu primer libro? ¿Publicaste poemas en revistas previamente? ¿Cómo lo financiaste?
Empecé con unos poemitas cuando estaba en la Católica. En los 80, allí fundé con Mazzotti y otros cuatro compañeros una revista llamada Calandria, que tuvo cinco o seis números. También ahí empecé a hacer traducciones (Trakl, Villon, Tieck, Pavese...), que es otra faceta de fabricar poemas. Mi primer libro -Singladuras (1985)-, lo cubrió un amigo que tenía una imprenta. Recuerdo ese año porque la víspera en que iba a salir el libro, nacieron mis mellizos, Trilce y Sebastián.
-¿Qué opinas de los concursos de poesía? ¿Participas de ellos? ¿Crees que es esencial para hacer lo que llaman una "carrera poética"?
Sinceramente, en lo personal, me tienen sin cuidado; también el que los ganen otros. Sin embargo, por alguna razón, las tres veces en que participé, en todos obtuve algo. Pasa que ganar, en el mejor de los casos, es una lotería; pero por lo general ya están decididos de antemano, esto en caso de premios "importantes". Su dudosa valía dependerá de la cantidad en la canasta: a más dinero, más relevancia. También pasa que por lo general los buenos no ganan, es decir, pierden. Pero hay otros que pueden ganar sin que los jurados te hayan entendido en lo absoluto, pero si te confieren algún premio es por temor a haber dejado fuera de juego a alguien quien a lo mejor lo reconocerán en el futuro. En parte, esto último ha sucedido en mi caso, al obtener el tercer premio de Copé. Cuando en la ceremonia de entrega un jurado tenía que decirle al respetable por qué yo merecía el premio, él confesó, turbado y hasta azorado, que no habían entendido en lo absoluto mi libro, pero que "sentían" algo en él que lo hacían pensar en Martín Adán, Vallejo y hasta en Homero. Al menos en ese momento aún no se conocía de Richard Swing.
-En términos generales, desde la segunda mitad del siglo veinte la gran influencia de la poesía latinoamericana se desplazó de la poesía española hacia los clásicos del idioma inglés (Eliot, Pound, otros). ¿Cuáles crees que son las influencias actuales?
No estoy muy seguro de lo que pasa hoy en ese sentido. En general, creo que siguen ahí los espíritus de Varela, Cisneros, Hinostroza, Watanabe, también algo de Moro, Adán, Westphalen y algo más de Verástegui, beatniks e insulares (estos son los más interesantes). Pero casi nada de "influencias" francesas, germánicas, nórdicas, eslavas, orientales. Sí, y no poco, del mundo quechumara, felizmente. Y pocos con voces propias; otras, infladas por colegas de género, bares y carpetas. Y, claro, celos y recelos al por mayor.
-Cuáles son para ti los poetas vivos más importantes de tu país y por qué?
Carlos Germán Belli y Leoncio Bueno: el sol y la luna, el cenit y el nadir, el sueño y la vigilia.
-¿Qué opinas de las opciones poéticas metaescriturales, digamos poesía sonora, poesía visual, etc?
Interesantes y plausibles. Pero sobran opciones facilistas, ruidosas y sin mayor capacidad para indagar en "lo desconocido".
-En tu opinión cuál es la relación entre el poeta y el ejercicio de la crítica literaria. ¿Crees que la mirada crítica es importante para el poeta de hoy?
Es fundamental tener capacidad crítica para, en principio, poder discernir lo que vale y lo que no. El mejor lector de un poeta es él mismo, si es que este desarrolla ese talento para aplicarlo a sí mismo. Sin embargo, nunca nadie tiene la verdad absoluta con respecto a otros; pero si uno siente que lo que uno escribe es un desastre, es lamentablemente cierto.
-Internet ha propiciado o, por lo menos, ha revelado una difusión y práctica inusitada de la poesía. Cada vez hay más poetas en todos lados y ya casi se pierde en el relativismo el ejercicio poético. ¿Crees que no se puede decir a nadie que no es poeta o consideras necesario establecer un rasero, un parámetro?
Como me decía un poeta salteño: "Había un tiempo en que para escribir poesía había que saber escribir poesía". Felizmente, el desarrollo y el valor de la poesía en tiempos de internet lo ha sabido explicar muy bien Martín Rodríguez Gaona, con su libro La lira de las masas, quien por tal causa es ahora ángel y demonio virales de la blogósfera.
-¿Cuánto tiempo dedicas a la escritura y a la lectura? ¿Los practicas diariamente o te sometes a los dictados de la inspiración?
Por alguna sinrazón amable y generosa, todo el día y todos los días estoy dedicado a ellas. Si no escribo poemas, traduzco a poetas de varias lenguas, hago reseñas, artículos o ensayos literarios, y, por supuesto, leo y leo hasta no poder. Una vez, de treinta horas seguidas tratando de apurar las 660 páginas de la maravillosa Ilusiones perdidas de Balzac, mis ojos empezaron a sangrar. Pero al menos, dichoso, pude terminar el libro.
-Explícanos algunos detalles sobre tu proceso creativo. ¿Escribes a mano o de frente en computadora? ¿Cómo surgen los poemas en ti, empiezan con el primer verso, con una imagen, un tema específico?
Sí, a mano, una imagen inquieta, un ritmo inesperado, un latido discontinuo en las sienes, "y de pronto es la noche" (ed è subito sera, Quasimodo dixit).
-Si quieres puedes compartir un poema inédito.

ROSTRO
Respiro
respiro
respiro
y va apareciendo un labio
y luego el otro, firme,
tieso, sólido, un horizonte
de amenazas, promesas, loas
o premoniciones de los que abundan
y caen entre las hiedras.
Otras dos líneas más: ceño
digno, severo, atento
o esfuerzo para verme
entre las briznas de la tarde
o en la noche en brasas
de esas que te habitaban
de luna a sol, de nada a más nada,
siempre bañado por sudores
y cenizas. No hay ojos debajo.
Respiro
Respiro
Respiro
Losa azul sobre ese ceño,
de esos lagos remisos
entre nubes y duelos,
granito de ganas, absoluto
en la pena
de no ser ya de nadie
y menos de mí, que te reclamo
sin saberlo, leso, átono, sin
querer lo que no veo,
solo desierto extendido, planchado,
doblado y sumergido
en el cajón de la memoria ajena,
que de tanto recordar
lo que alguna vez fue rostro completo
ahora es humo y espuma,
nuevo cielo bajo
cielo añejo,
solo ahogo, miedo
antiguo que ya no calma,
cura, promete.
Respiro
respiro
respiro
Solo respiro,
Simplemente.

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