Por Luis
Benítez
“
varias cervezas con / ginsberg cassidy burroghs /
y
otras tantas con corso ferlinghetti y kerouac”
(A.L.N., de “por todos los prófugos del mundo
me bebo una cerveza junto al desierto”,
pág. 26, “Rock
en el Desierto”)
Existen
autores que no pueden ser fácilmente clasificados en una tendencia literaria,
dado que sus obras se expresan mediante muy diferentes discursos y los recursos
que emplean apelan a registros y métodos muy diferentes. Es la combinación
–muchas veces mutante entre un título y el siguiente- lo que define más
cabalmente el estilo que ellos emplean. Esta característica suele presentarse
en creadores que poseen una alta originalidad y que renuevan constantemente las
formas de enunciación mediante las cuales exteriorizan la relación que
establecen entre su mundo interior y la realidad que habitan.
En
el caso del autor que nos ocupa, el poeta, ensayista y narrador argentino Aldo
Luis Novelli (1957), esas peculiaridades se tornan evidentes si recorremos su
ya amplia obra, que no solamente encontramos en los volúmenes que dio a
prensas, sino en otros de sus trabajos dispersos abundantemente en
publicaciones electrónicas. No en balde, en una de ellas (1) se puntualiza en
la introducción a su poesía: “Su poética
ha sido clasificada de diversa forma: realismo urbano, realismo sucio, social,
coloquial, neo-realista, erótica, vanguardista, inclasificable, irónica,
provocadora, transgresora, subversiva, ácida, minimalista, maximalista,
políticamente incorrecta, e inmunda”.
El
mismo autor, en un reportaje publicado en Argentina (2), señala su coincidencia
con lo anterior: “En general, no sigo
cierta consigna de las buenas prácticas literarias que dice ‘que todo escritor
debe tener una voz propia’. En mis distintos poemarios y libros editados
utilizo registros formales diversos, minimalismo, prosaísmo, existencialismo,
cierto lirismo, realismo sucio… He buscado razones grandilocuentes para
justificarlo, pero debo decir que la verdadera razón es evitar el aburrimiento…
Claro está que los temas que me preocupan siempre son los mismos: la utopía, la
palabra, la revolución, el sexo, el amor oculto, el hombre y la mujer que viven
en el mundo real, los amigos, nacimiento, vida, amor y muerte de un trabajador…”.
Si
bien no podemos definir entonces bajo un rótulo estilístico general su poética,
sí nos resulta posible aventurar un acercamiento a detalles predominantes en
ella, sobre la base de un aspecto fundamental: cómo se ubica en lo
contemporáneo el autor y cuáles son las escenografías virtuales predominantes
en sus poemas, cómo en la diégesis de sus trabajos hay factores y
ambientaciones que se repiten, aunque mute el ángulo de visión que establece el
poeta observador respecto de lo observado.
Siguiendo
la estrategia de examinar el emplazamiento elegido por Novelli en lo
contemporáneo, se aprecia su más que incómodo posicionamiento frente a las
injusticias notorias, los males históricos de nuestro tiempo, la banalidad del
gusto común, la irracionalidad y el afán de ignorancia generalizado, lo hueco
de las instituciones políticas, sociales, económicas y culturales, el vacío
existencial (al que no escapa el poeta y así lo expresa reiteradamente) tan
propio del hombre actual. Frente a estos factores de la realidad Novelli elige
el sitio del outsider, de quien se
coloca / quiere ubicarse fuera del alcance de ellos, aunque conociendo con
pesar que es casi imposible sustraerse a sus poderes… pero sabiendo también que
para su credo no existe otra posibilidad ni otro margen de acción que ese.
En
tal aspecto su postura se asimila –como la de distintos autores del siglo XX y
del XXI- y en mucho a lo sostenido desde el Romanticismo literario, padre de
todos los movimientos posteriores en Occidente; sin embargo, y eso se ha
cumplido para todos los derivados románticos al menos hasta ahora, las posturas
de los sucesivos outsiders han sido
finalmente incorporadas al canon occidental: es sabido que el dogma lo termina
devorando todo y que siempre se las ha ingeniado para desfigurar cualquier
postura, por rebelde que ella sea, hasta poder metabolizarla y convertirla en otro
segmento de la historia cultural oficial. Así sucedió desde el Romanticismo
pasando por sus hijos más insumisos del tiempo de las vanguardias: el dadaísmo,
el surrealismo, la contracultura estadounidense, etc. Tras la primera
confrontación con los dogmas, progresivamente los inconformistas y sus
postulados fueron digeridos y convenientemente ubicados en su sitio. ¿Cómo se
las arregla este autor argentino actual para seguir ocupando su lugar en la
orilla opuesta? La respuesta posiblemente radique en, precisamente, la
diversidad de su estilo, en esa imposibilidad de asignarle una categoría
específica. Una recorrida por sus obras, por somera que resulte, así lo ratifica
y le brinda una condición de “inatrapable” para la clasificación general. En la
obra de Aldo Luis Novelli tienen cabida tanto la denuncia social como la
apelación a elementos de índole religiosa; la melancolía romántica como el
sesgo militante; tanto explicita la epifanía mística o sus alrededores como el
duro alegato político; el humor sardónico y la burla misma a aquello en que no
cree o ya ha dejado de creer, como la ternura ante el sufrimiento de los otros
y el padecimiento propio, aunque nunca degradado a la autocompasión. Y así
muchas otras facetas, las que en cierta medida lo amparan de poder ser
encasillado en un solo compartimiento literario. A lo sumo, y esto es lo que
aventuramos en este punto específico, se encontraría más cercano a un revival de la poesía beat, con su conocido rechazo de los
valores establecidos, un concepción mística de la realidad, el apartamiento
buscado de los cánones tanto de actitud general como de escritura, el empleo
acendrado del lenguaje coloquial, una actitud definidamente política. Inclusive
encajan el poeta y su obra en la definición más generalizada de lo beat, un sentido inicial tomado en sus
orígenes de la comunidad afroestadounidense, donde beat equivalía a cansado y abatido, beat down; en buena parte de la poética de Novelli se percibe esa
“fatiga del mundo y sus circunstancias” que acompaña periódicamente la trama de
sus versos.
Desde
luego que al hablar de la poesía beat
y trazar un nexo con ella por parte de Aldo Luis Novelli estamos abriendo un
corredor demasiado amplio entre un registro que posee muy diversas facetas y
una obra literaria específica. No es la misma la poesía escrita por Irwin Allen
Ginsberg (1926-1997) que la publicada por Herbert Edwin Huncke (1915-1996); la
obra de Elise Nada Cowen (1933-1962) que la de Lewis Barrett Welch, Jr. (1926-1971);
los versos de Gregory Nunzio Corso (1930-2001) que los de Philip Lamantia
(1927-2005), solamente por citar algunos nombres y algunas producciones. Y aún
aquí, en esta apreciación que suponemos más cercana a las características de la
poesía de Novelli que cualquier otra, tropezamos con un escollo, ya que nuestro
autor se emparenta literariamente solo con algunos aspectos de la producción
poética de estos y otros clásicos de la poesía beat. Sus trabajos poseen por momentos –veamos algunos ejemplos- si
no la fuerza de denuncia social de Ginsberg en "Howl" sí su
intención, pero no el tono característico de vociferación. Lo que en Ginsberg
es bramido ensordecedor en Novelli se traduce en un rumor sordo y angustioso pero igualmente lacerante, más al
estilo beat down que referimos antes.
Mientras
que Gregory Corso –como “el poeta más importante de América”, lo definió Allen
Ginsberg- extrae buena parte de su formidable obra de lo marginal y carcelario,
Novelli elige un personaje muy diferente: el hombre que tiene un empleo, cumple
más o menos bien con sus deberes y obligaciones pero cuando deja de atravesar
esas circunstancias cotidianas se revela como lo que es, definitivamente otro
marginal, tan transgresor como el sujeto corsiano, aunque no robe automóviles
ni duerma sobre los techos ajenos o en el tren subterráneo. Sin embargo, el
poeta de Robbinsdale, Minnesota, y el de Neuquén poseen el don de señalar
burlona y muy eficientemente las fisuras de lo institucional, como Corso en
“Marriage” (Matrimonio): ¿Tendría yo que
casarme? ¿Debería yo ser bueno? / ¿Sorprender a la chica de la puerta de al
lado con mi traje de terciopelo y mi capucha fáustica? / Conducirla hasta el cementerio
y no al cine / hablarle de los baños de
inmersión del hombre lobo y de clarinetes retorcidos / luego desearla y besarla
y todo lo demás / y ella sin desear ir tan lejos y yo comprendiendo por qué y /
diciéndole sin enojarme ¡Tienes que sentir! ¡Sentir es bello! (Trad. de
L.B.) (3).
Por su lado, Novelli nos dirá en “El arca (del nuevo
milenio)” (4): “te hablo a vos desgraciado / habitante de la ciudad /
a
vos mujer pálida / soy el hombre
que te habla / el poeta /
el desgraciado que se cree poeta /
y te habla al oído mujer /
te cuenta historias falsas /
como la gran historia /
te cuenta cuentos de esperanza / y te mira a
los ojos / como nadie te ha mirado nunca /
a vos mujer /
para que no te mates /
solo por esta vez / no te mates!
/ esperá hasta el próximo puente /
tengo la mejor historia /
la que jamás te contaron /
la historia más fabulosa /
la más mentirosa de todas /
para que no te mates /
no
te mates mujer! / espera al próximo puente... /
estoy
escribiendo en medio de la tempestad”.
Desde luego que estas especificaciones
acerca de la obra de este interesante y singular poeta argentino ameritan un
desarrollo mayor que el correspondiente a un artículo literario, pues ese es
territorio del ensayo, pero creo que bien valen estas digresiones a la hora de advertir
las calidades que se pueden encontrar en sus trabajos. Para quien desee leer
más de la obra novelliana, brindamos como mera orientación una serie de
publicaciones en la Web, de libre acceso (5).
El autor
El
poeta, ensayista y narrador Aldo Luis Novelli nació el 4 de marzo de 1957 en
Neuquén, Argentina, y publicó: Poesía y
cuento patagónicos (3er. Premio Fundación Banco Provincia de Neuquén,
1992), La Poesía en Neuquén (Ed.
Subsecretaría de Cultura del Neuquén, 1993), Poesía y cuento de la Patagonia (Ed. FBPN, 1994); La Palabra
escondida (1996); Poesía Neuquina de los
90 (Ed. Narvaja Editor, 1996); La
noche del hastío (Ed. Limón, 2003), Canto
a un Prisionero (Ed. Poetas Antiimperialistas de América, Otawa, Canadá,
2005), País de vientre abierto, Antología
de Poesía Social Argentina (Ediciones Patagonia, 2005), Agonistas del fin del mundo (Ed. La Luna
Que, 2005), Desierto (Ed. Llanto del
Mudo, 2007), Mínimo mundo (Ediciones del
Ministerio de Educación de la Nación, 2008), Estúpidos mirones de televisión (Ed. Textos de Cartón, 2009) Archibaldo, el gran exhibicionista (Ed.
Cartonerita Solar, 2009), Luz y sombra
(Ed. Homo Scriptum, Monterrey, México, y Ed. El Barco Ebrio, Nueva York, EE.UU.,
2011); Mínimo mundo (Ed. Llanto del Mudo,
2012), Soliloquio del solo (Ed.
Cebolla de Vidrio, 2016), Rock en el
desierto (Ed. de la Grieta, 2016), Retrato
de los días de lluvia (Ed. Cebolla
de Vidrio, 2017).
Así escribe Aldo Luis Novelli
Ese tipo
Yo soy ese tipo que ha cometido la osadía
de creerse poeta por unos instantes
esas efímeras
eternidades que me tornaron insoportable,
y excavó con desesperación en el fondo de la noche
buscando palabras desconocidas
para dárselas al mundo en una jauría de gaviotas.
El que arrojó piedras a vagones ajenos de trenes inalcanzables
que cruzaban el oxidado horizonte del desierto,
el que pateó pelotas de trapo envueltas en viejas medias
en un potrero de cardos rusos (*) gigantes y vientos furibundos,
y corrió entre cigüeñas negras y alacranes amarillos
para calmar la sed de infinito y el hambre de mujer.
El tipo que se dejó crecer la barba
y lanzó volantes rojos en el aire espeso de la ciudad
como un acto de rebeldía en medio de la derrota.
El que recorrió bares y cabarets
buscando a la hembra más puta del mundo,
y terminó durmiendo sobre las mesas
la borrachera de todos los poetas malditos de la historia.
Yo soy el pastor de ovejas descarriadas
adicto a las sombras bajo la gran luz.
El lobizón (**) que se hizo hombre
en una noche de incontables lunas sin cielo.
Yo soy la oveja que se comió al lobo.
Yo soy ese tipo que llaman padre
el santo padre putativo corruptor de menores de espíritu
adúltero de vírgenes endemoniadas exorcista de toda estupidez.
El que cura las llagas de mujeres en pena
místico sanador de seres vulnerables de corazón.
Yo soy el dador de semen, el precario proveedor de cielos.
El que camina bajo la noche en callejones oscuros
y hace discursos salvadores para un tiempo desquiciado
entre multitud de cartoneros (***), desterrados y borrachos que aplauden
y ríen
mientras las cucarachas observan la escena desde prudente distancia.
Yo también soy el tipo
que ha cometido la estupidez de escribir este poema,
él mismo, que tiene ahora la insolencia de ofrendárselo a ustedes
como un brusco zarpazo en la voz del silencio.
NOTAS
(1)http://cerveza-gratis.blogspot.com/2010/08/aldo-luis-novelli-poesia.html,
8 de agosto de 2010.
(2) “Aldo Luis Novelli: La fuerza
de las palabras”, en revista La Más Médula, entrevista de Sara Eliana Riquelme,
Buenos Aires, 10 de noviembre de 2016.
(3) Should I get married? Should
I be good? /Astound the girl next door with my velvet suit and faustus hood? /
Don't take her to movies but to cemeteries / tell all about werewolf bathtubs
and forked clarinets / then desire her and kiss her and all the preliminaries /
and she going just so far and I understanding why / not getting angry saying
You must feel! It's
beautiful to feel!
(4)De “Rock en el Desierto”, (Ed. de la
Grieta, 2016).
(*) Cardo ruso: Salsola kali, planta anual de la familia de las amarantáceas, que
habita terrenos arenosos y es muy abundante en la estepa patagónica.
(**) Lobizón: argentinismo por
hombre lobo.
(***) Cartonero: En Argentina, persona
que se gana la vida recogiendo cartón, papel, plástico, metal y otros desechos
para su venta.
GRACIAS compays!, Luis Benitez y Teódulo López Meléndez. Un gran abrazo sin virus ni corona.
ResponderEliminarGrande cumpa!!!!!me encanto ese poema final,ahora te entiendo!!!!!jajajs
ResponderEliminarGracias...trato de descubrir al autor del comentario por su forma expresiva, creo que es Roberto Goijman.
EliminarQuien tira con una honda ,todas las piedras que recoge,entiende que la dirección a la que apunta es necesaria. Bienvenido Aldo.!
ResponderEliminarGracias Alicia! abrazo desde los bordes del desierto del fin del mundo.
EliminarGracias Alicia! Abrazo sin virus ni corona.
EliminarMuy buenoo Me encantó Gracias Aldo abrazos
ResponderEliminarGracias a vos Anamaría!, besos furtivos para vos amiga.
EliminarEstimado Teódulo, le comento algo, los 2 cuadros en blanco que aparecen en medio de la publicación ocultan parte de la escritura. Saludos sureros.
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