El elenco de “Abandonemos toda esperanza” en marco de foto antigua. De
izq. a der., de pie: Gustavo Reverdito (Antonio); Luciana Procaccini (Emilia);
Nicolás Barsoff (Damián); María Fernanda Iglesias (Delfina); Lorena Székely
(Asunción). De izq. a der., sentados: Cinthia Demarco (Laura); Marcelo Bucossi
(Jorge); Julia Funari (Mercedes); Mariano Falcón (Eduardo); Julián Belleggia
(Tomasito).
En la veterana sala de Andamio 90
(ver: https://www.andamio90.org) - fundada por la gran actriz argentina
Alejandra Boero el 9 de diciembre de 1990-
situada en la calle Paraná 660 de Buenos Aires, Argentina, se repuso
recientemente la obra “Abandonemos toda esperanza”, una inteligente versión del
clásico “En Familia”, de Florencio Sánchez. Escrita en 1905 por el autor
uruguayo, sus personajes y su acción dramática adquieren nueva vida –y renovada
contundencia- gracias al talento del director teatral y dramaturgo Alfredo
Martin y el destacado elenco que la sube a escena.
Nuevamente a sala llena en su
segunda temporada, la versión de Martin –un autor y director de ya dilatada y
reconocida presencia en la escena porteña- subraya la crisis que afecta a una
familia de la clase media argentina, acertadamente reubicada por su tratamiento
del clásico rioplatense en los años ’30. Es un desplazamiento temporal que
acentúa la atmósfera de corrupción que, desde lo individual hasta lo general,
enlodaba la época. La debacle moral del grupo familiar es el efectivo reflejo
de la entera sociedad de la que forma parte.
Si bien Jorge -el padre de
familia magistralmente interpretado por Marcelo Bucossi- un juerguista
incorregible e hipócrita, es quien lleva de la mano hacia la ruina y la
perdición a todo el conjunto, cada miembro de su familia, en mayor o menor
grado, acentúa con ricos y sórdidos matices el derrumbe de toda la institución,
cuando los postulados de sus pretendidos valores se muestran como meras
máscaras vacías de todo contenido real, simples coartadas para encubrir la
descomposición social que es su genuino rostro.
La destacable fluidez de los
diálogos, el intenso ritmo que recorre la versión de Alfredo Martin, dinamizan
y enriquecen el texto original, al que ha sumado dos personajes sumamente
efectivos: el cínico Antonio –un gran trabajo el actor Gustavo Reverdito- quien
funge como secretario de un personajón importante y es paralelamente un
proxeneta, el nexo no menos corrupto entre el grupo familiar y la inmoralidad
reinante en la esfera exterior a este; y también la criada Asunción –hay que
agradecerle a la actriz Lorena Székely su interpretación- vilmente explotada y reiteradamente humillada
por todos los demás, mientras continúan su juego de inconducentes apariencias.
Otros de los encantos que le
adosa Martin al asunto general es la referencia al radioteatro, pasión de la
época en que reubicó la acción dramática, y la aceitada presencia del humor, de
la que el versionista se vale para remarcar el áspero contraste entre la
realidad hacia la que se precipitan los personajes y las fantasías que esperan
sostener. Un humor amargo pero muy efectivo, que ofrece matices muy bien
recibidos desde la platea.
En suma: la nueva puesta en
escena de “Abandonemos toda esperanza” se ofrece como una de las mejores
alternativas dentro de la variada oferta teatral de Buenos Aires, cuando el
talento interpretativo de todo el elenco se ha sumado tan acertadamente a la
personal y acertada visión dramática de Alfredo Martin. Se trata de una
perspectiva que dispara desde el pasado para interpelar al presente, y que nos
lleva a preguntarnos cuánto ha cambiado o se ha agravado con el paso del
tiempo, indefectiblemente para mal de la sociedad y del individuo.
Luis Benítez
Comentarios
Publicar un comentario