Sobre "Memorias de la inconformidad" de Maritza Bafile y Enrique Bravo




La comunicación epistolar, reunida en su secuencia cronológica y presentada como texto literario, es un conocido recurso que, no por ser ya tradicional y conformar un subgénero de la narrativa en sí mismo, deja de darnos cada tanto más que gratas –y en ocasiones, también desgarradoras- sorpresas.

Tal es el caso de “Memorias de la inconformidad”, de los escritores Mariza Bafile y Enrique Bravo (224 pp., Ed. Sudaquia, Nueva York, EE.UU., 2017, ISBN-10 1944407316 / ISBN-13 978-1-944407-31-5), que el dinámico sello neoyorquino -convertido en un genuino puente entre los autores latinoamericanos y el público lector en nuestra lengua residente en los Estados Unidos- ha lanzado recientemente para su Colección Énfasis (ver: http://www.sudaquia.net).
“Memorias…” navega muy convincentemente a media agua entre lo público y lo privado, dado que sus personajes, Sophia y Alberto, no solamente desgranan con eficacia discursiva la conflictividad propia de su relación personal, sino que entran y salen de sus circunstancias para darnos visiones –complementarias unas, contrapuestas otras- de la realidad, fundamentalmente latinoamericana y contemporánea, aunque también propia del pasado más reciente.

La tragedia que va de la mano con la comedia amarga de las políticas nacionales e internacionales, ambas características de los países que integran nuestro continente, asoman reiteradamente en estas misivas que intercambian Sophia y Alberto, no desde el vuelco en las páginas de esa pesada carga ideológica que suele abrumar al lector de otros intentos, tal vez bien intencionados, aunque fallidos. Por el contrario: se deslizan con una naturalidad admirable por la fluidez de la factura y la precisión de la expresión, haciendo de “Memorias de la inconformidad” un texto altamente convincente en cuanto a su relevamiento de la condición tan propia del hombre y la mujer latinoamericanos que han llegado al siglo XXI conscientes de los hechos del pasado y de la inconsistencia fundamental del presente, que se dirige hacia un porvenir pobre en seguridades y pletórico de dudas e indefiniciones. Ello, unido a los encuentros y desencuentros de los protagonistas en su esfera más íntima y personal, configura un volumen que interpela a sus lectores tanto desde lo intrínsecamente político y social como desde la misma condición humana.

El secreto posible de la efectividad de este discurso reside en la naturalidad con que sus páginas dialogan con el lector, logrando una verosimilitud y desencadenando una identificación que no tiene muchos ejemplos similares en el caudal de títulos que se acercan a un intento parecido.

En resumen: un texto que merece una lectura atenta y depara el reencuentro con la buena pluma en nuestro idioma, pero que además nos habla a los latinoamericanos desde nosotros mismos, con todos nuestros aciertos, pifias y contradicciones, incluyendo hechos políticos, sociales, económicos y culturales de los que, gracias a las cartas entre Sophia y Alberto, podremos ver no solo la trama, sino también el reverso.

Luis Benítez

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