por
Víctor Vich
El
Festival Internacional de Poesía de Lima se ha quedado sin sus principales
auspiciadores y el Estado no se pronuncia en debido apoyo a la cultura. Un
colectivo de organizaciones culturales anuncia una campaña para salvar el
encuentro, que iba por su cuarta edición.
El
Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLIMA) está a punto de morir. Si
eso sucede, sería una noticia tan grave como los escándalos de Odebrecht. No me
parece una exageración afirmar esto. Sin una democratización de la cultura no
hay sociedad nueva ni una verdadera reforma de la educación. Sin políticas
culturales callejeras seguiremos viviendo en el permanente deterioro de
nosotros mismos bajo altísimos índices de violencia, corrupción, machismo y
discriminaciones diversas. ¿Queremos formar nuevos ciudadanos? Entonces,
necesitamos arte en las calles, talleres públicos de arte, deporte y ciencias
(verano e invierno) en todos los parques para todos los niños y adolescentes del
Perú. ¿Es difícil entender algo tan obvio? No lo parece (en Colombia lo
entendieron al toque), pero es raro que este tipo de proyectos no sea ninguna
prioridad en el Estado peruano; no lo sea para casi ningún partido político y
para casi ninguno de nuestros alcaldes y gobernantes.
Este
festival de poesía comenzó en el 2012 y ya se han realizado tres versiones
hasta la fecha. Más de 100 poetas de cuatro continentes han venido a leer sus
poesías y a tener conversatorios en distintos auditorios, parques y plazas de
Lima. Poetas peruanos y latinoamericanos han estado presentes también. En la
última versión, realizada el año pasado, fueron más de 25 las sedes donde se
organizaron eventos diversos y lecturas de poemas. El festival es gratuito. Por
una semana, la ciudad se carga de un discurso diferente y los limeños podemos
asistir a un evento distinto que integra a distritos y barrios de la ciudad,
que nos educa a todos y que nos hace pensar y sentir diferente. Un evento que
abre la vida más allá de los mafiosos peajes que nos torturan.
Hoy
el festival está a punto de no realizarse porque los principales auspiciadores
se han retirado y faltan recursos. ¿El Ministerio de Educación no los tiene?
¿El Ministerio de Cultura tampoco? ¿Ninguna institución pública o privada tiene
un poco de dinero para apoyar algo así? ¿Qué quieren los políticos, qué quieren
los empresarios? ¿Quieren que los ciudadanos nunca desarrollemos nuestro
sentido estético, que nunca aprendamos nada nuevo? ¿Quieren que no construyamos
representaciones nuevas sobre la vida y sobre lo posible?
Es indignante que el presupuesto en cultura no
suba de manera paralela al de otros ministerios.
Este
viernes el colectivo “Más cultura más Perú” (que agrupa a muchas organizaciones
culturales) comenzará una campaña para sensibilizar a la población y a los
políticos a fin de que el gobierno invierta más en democratizar la cultura.
Todos los años los presupuestos suben en todos los rubros, pero en cultura
bajan siempre. Es increíble. No es posible continuar así. Es indignante que el
presupuesto en cultura no suba de manera paralela al de otros ministerios. Este
festival de poesía es un maravilloso ejemplo de iniciativas que deben
replicarse por todo el país (y en todas las artes) y lo cierto, lo verdaderamente
cierto, es que el Estado peruano debería ser el primer impulsor, facilitador y
aliado de este tipo de eventos. ¿Qué quieren los políticos? ¿Quieren que nos resignemos a tener que
escuchar solamente las ideas de Cipriani y de Becerril?
Nota del autor: Si usted es una persona
de buena voluntad, tiene recursos o contactos, y cree que un Festival así es
importante para el Perú y la vida en general (y debe ser parte de una verdadera
reforma de la educación,) comuníquese con Nido De Cuervos .com
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