Por
Luis Benítez
En
ocasiones, hay períodos de la producción literaria de una país que se ven
signados por ciertas y determinadas inclinaciones. Un caso como este fue el de
la poesía argentina de las últimas décadas –singularmente, a partir de los ’90-
donde si bien no completa, pero sí acusadamente, el género, según los trabajos
de nuevos autores que comenzaron a publicar sus primeros libros por ese
entonces, se vio marcado por obras donde a la lírica le cupo un espacio menor.
Bajo influencias venidas de movimientos poéticos como el minimalismo –y su
apartado más radicalizado, que podríamos bien llamar “bukowskismo”- muchas
veces mal digerido, la tendencia derivó localmente a unas realizaciones donde
primó la autocontemplación, el reduccionismo y el equívoco de confundir
“síntesis con chiquitito”. Desde luego que esta verdadera “enfermedad infantil
de la poesía” no fue absoluta, ya que siguieron publicándose obras más cercanas
a los intentos de unas poéticas más ambiciosas y personales, con variados
resultados. Ello, tanto por parte de autores noveles como ya experimentados. De
esa manera, elementos característicos de la riquísima tradición poética
argentina no solamente se conservaron en la escritura epocal, sino que hasta
dieron nuevos avances expresivos. La lírica, uno de esos elementos y uno de los
fundamentales, siguió dando sus frutos.
Tal
es el caso de la obra de este interesante autor, Alfredo Palacio, quien con
talento y originalidad sabe combinar lo lírico con lo cotidiano, lo individual
con lo universal, uniendo los pares de opuestos en una síntesis bien lograda y
altamente efectiva. Palacio trabaja sus versos aprovechando lo mejor de cada
recurso, insistiendo en alcanzar la sensibilidad del lector en tanta medida
como en aportar sentidos e ideas al intelecto de este. Su apelación lírica no
se desgrana en pretensiones sino en profundidades, a las que llega partiendo de
un entendimiento, un pacto entre lo que él siente y lo que viven los demás. Eso
hace que, bien manejado, su estilo engañosamente simple y directo se proyecte
en la lectura de un modo cabal, abarcando áreas que están todavía más allá de
lo expresado en las páginas de este, su segundo poemario publicado: “BluesEros”
(ISBN: 978-987-559-308-4), que acaba de lanzar en otra de sus cuidadas
producciones Ediciones del Dock (ver: https://www.facebook.com/EdicionesDelDock/),
para su prestigiosa colección de poesía “Pez Náufrago”, dirigida por el
reconocido poeta, crítico literario y ensayista Santiago Sylvester. “BluesEros”
recibió en 2013 el primer premio del Concurso Internacional de Poesía “Marosa
di Giorgio” (Uruguay), y en el corriente año la mención honorífica del Premio
Municipal de Poesía Inédita, bienio 2010-2011 (Buenos Aires, Argentina).
Quién es Alfredo Palacio
Alfredo
Palacio nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, en 1949, donde
reside. Publicó "Filamentos", Ediciones Del Dock, 2007, premiado con
la Faja de Honor S.A.D.E. Filial Tali Viejo, Tucumán, 2009, 1er. Premio al
Mejor libro editado, 2005, Certamen "Leer y Compartir”, Ediciones
Orillera, Santa Rosa, La Pampa, Argentina. Libros Inéditos:
"Segundos Afuera", 2009, "Visiones Cotidianas", 2015.
"BluesEros" fue distinguido con el Primer Premio Internacional de
Poesía Marosa di Giorgio 2013, (Salto, Uruguay) por un jurado compuesto por los
poetas Washington Benavides, Jorge Arbeleche y Leonardo Garet, y con la Mención
Honorífica del Premio Municipal de Poesía Inédita (Ciudad de Buenos Aires,
Argentina, Bienio 2010-2011).
Trabajos
suyos obtuvieron el segundo puesto en el III Premio Paralelo Sur de Poesía,
Barcelona, España, 2007. Primer Premio Concurso 1er. Aniversario Revista
Catamarca Press, Argentina, 2010. Semifimalista del I Certamen
Internacional UNAM-Universidad Autónoma de México, San Antonio, Texas, Letras
en la Frontera, 2013.
Integra
diversas antologías poéticas de Argentina y el exterior. Poemas suyos han sido
traducidos al portugués, catalán y francés y fueron incluidos en diferentes
sitios, páginas, blogs y revistas literarias impresas y virtuales de Argentina,
Brasil, Chile, Perú, México, España, Italia y EE.UU.
Así escribe Alfredo Palacio
SI ME HABLAS BAJO SUCEDEN ALGUNAS COSAS.
Por ejemplo
la luna desvía su rumbo y su mano
izquierda
la marea abandona su ciclo natural
la gente me saluda sin motivo
y además
hay un espejo en cada esquina.
Si me hablas bajo
el pan y el vino multiplican su
importancia
sin dar mayor explicación.
También los trenes
cambian de vía sin aviso
la autopista nunca cierra su ojo al sur
la lluvia decide caer del revés.
Si me hablas bajo
todo parece un milagro
y yo
que no creo para nada en esas cosas
me siento un pez en el Sahara
cruzo el desierto como si fuese el mar
y no siento ni siquiera por un momento
que haya perdido
mi austera vertical.
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