Por Eva Feld
Se
derrama demasiada tinta en lucubrar sobre la pertinencia de la novela histórica
en los albores del tercer lustro de este siglo XXI y, sin embargo, nadie
puede cuestionar su vigencia como género literario ni el favoritismo del
que goza en un creciente universo de lectores. La amplia gama de autores
abarca desde los reconocidos en el mundo editorial hasta los noveles
“incursionistas” que se autofinancian reducidas ediciones según la demanda. A
este segundo género pertenece Richard Hoskin, graduado en Oxford,
jubilado de la industria, residente de Kentucky, originario de Cornualles
y, ahora, autor de El Minero y el Vizconde, una radiografía de su patria
chica, en el siglo XVIII.
Richard
Hoskins es hijo y nieto de escritores y periodistas de manera que la historia
de su pueblo le es consustancial. Creció escuchando los cuentos,
anécdotas y chismes de los córnicos, de su lengua medio galesa medio
bretona, de esas minas de estaño que enriquecieron a mucha aristocracia y
maltrataron a tantos mineros. La crónica de su novela abarca a tres familias,
dos de ellas de la vida real y una tercera extraída de su fecunda imaginación,
pero también de más de cinco años de investigación y de reescritura.
Ambas sometidas hebdomadariamente al escrutinio, al mismo tiempo afectivo y
severo, de un numeroso grupo de escritores que todos los lunes se reúnen en la
librería Joseph Beth de Cincinnati.
En esa
misma librería y ante una nutrida concurrencia, Richard Hoskins presentó
esta, su primera novela, el 3 de Diciembre bajo la promesa de completar
una trilogía en los próximos años: “Estoy retirado. Tengo todas las
posibilidades para el disfrute del ocio. Entonces ¿por qué he escrito una novela
histórica? Se preguntó Hoskins y no tardó en responderse: “Simplemente
tengo que contar la historia de Cornwall. Es mi lugar de nacimiento, es donde
crecí. Está arraigado en historia antigua, con profundo origen en el pasado
Celta. Su escenario es espectacular, rocoso, pintoresco, marino y con millas de
tierra talada salpicada de minas abandonadas. Su gente es independiente y
terca. Nosotros los Córnicos somos únicos: celtas mezclados con supervivientes
la Armada española…”
Aún
siendo únicos en sus orígenes, el trasfondo de El minero y el Vizconde refleja
la condición humana: la avaricia, la corrupción, la lujuria, la lucha de los
contrarios como también las voces disidentes, progresistas y esperanzadas.
A
continuación breves extractos de su discurso de presentación (a ser leído
con grueso acento británico, uno proveniente del finisterre inglés):
The Miner & the Viscount takes
place in the late C18th, when Cornwall’s rich history mirrored that of Britain.
It was a turbulent time of increasing wealth, the industrial and agricultural
revolutions, the worldwide grab for empire, the rise of Methodism, the
Enlightenment, a time when political corruption was taken for granted.
The
story traces three aristocratic families and the miners, preachers, mariners,
stewards and farmers they live among, some well-known historical characters,
some fictional. They struggle with change, wealth and poverty, ambition and
idealism, love and hatred, honor and revenge.
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