Por José Luis Díaz-Granados
La noche del 16 de junio de 1904 —seis meses después de haber fracasado
en su intento de publicar la novela Retrato del artista adolescente en
una revista de Dublín—, James Joyce, entonces de 22 años de edad, salió por
primera vez con Nora Barnacle, una sencilla camarera de hotel, inculta y
atractiva, a quien había conocido días atrás.
Pasearon por una playa solitaria y de pronto, de
manera inesperada, la muchacha comenzó a prodigarle al joven una serie de
caricias eróticas, tan audaces y provocadoras, que marcaron para siempre la
sensibilidad del dublinés. Aquel encuentro con quien se convertiría en la
compañera de su vida llevó al promisorio escritor a escoger esa fecha mágica
como la del día en que se desarrolla su novela Ulises, que escribiría a
partir de 1914, durante siete años, de manera ininterrumpida, con pasión de
poseso y en medio de las mayores dificultades.
Eran tiempos muy difíciles, no solamente por el
hecho de que estaban bajo el fuego cruzado de la Primera Guerra Mundial, sino
porque el joven narrador sufría la incomprensión y el rechazo sistemático de
todas las editoriales y revistas literarias. Además, él y Nora tenían que andar
de un lado para otro a causa del conflicto, en tanto que Joyce padecía de un
creciente problema en los ojos que amenazaba ceguera, no tenía un centavo en
los bolsillos y la familia crecía con la llegada de Giorgio y Ana Lucía, los
dos hijos pequeños.
El libro salió publicado, luego de incontables
peripecias, el 2 de febrero de 1922, precisamente el día en que Joyce cumplía
sus 40 años de vida. El éxito fue inmediato, a pesar de que críticos pudibundos
y guardianes del puritanismo acusaron al autor de "obsceno" y
"pornográfico". Escritores y poetas de la talla de Ezra Pound lo
apostaron todo por Ulises hasta el punto de conseguirle editor y crítica
favorable y T. S. Eliot lo comparó con La guerra y la paz. En
cambio Virginia Woolf —que había tenido acceso al manuscrito inédito—, lo
rechazó de plano desde el primer momento.
En su diario, la celebrada autora de Mrs.
Dalloway, calificaba el Ulises de "vulgar" y de "baja
clase", algo así como "el entretenimiento de un jovencillo que se
rasca con grima sus sarpullidos". Y cuando terminó su lectura anotó:
"Acabé de leer Ulises y me parece un fracaso... Es un libro difuso,
salobre, pretensioso y vulgar, no sólo en el sentido común, sino en el
literario. Quiero decir que un escritor de primera línea respeta demasiado el
acto de escribir para permitirse hacer trampas". Y la propia Nora, la
compañera del escritor, comentaría que el libro seguramente "era una gran
cochinada".
Ulises representa el día más
largo y célebre de la historia de la literatura universal. En 18 capítulos se
va desenvolviendo, a través de voces y de veces, la travesía urbana de un
publicista llamado Leopoldo Bloom y las acciones imprecisas de un joven maestro
de escuela de nombre Stephen Dedalus.
La inusitada novela, cuya redacción inició Joyce
en Trieste, Italia, en 1914, continuó en Zurich y terminó en París en 1921, ha
sido presentada desde su publicación en 1922, como una genial parodia de La
odisea de Homero, desarrollada en espacios citadinos, con protagonistas
nada heroicos y con una Penélope muy distante de su legendaria fidelidad.
Desde horas muy tempranas, Bloom sale de su casa
luego de consentir a su bella esposa Marion (o Molly), con quien no tiene
relación sexual alguna; asiste a un entierro, almuerza, vagabundea por calles y
avenidas de Dublín a sabiendas de que Molly está recibiendo en ese momento a un
amante; come, escucha música, pone atención a una arenga de un orador
nacionalista; contempla a una bañista en la playa, visita a una amiga en el
hospital y allí conoce a Dedalus, a quien acompaña hasta el sector de
tolerancia; luego de un incidente con un soldado se dirigen a la casa del
publicista, donde toman chocolate. Cuando Dedalus se va, Bloom, borracho, se
duerme sobre el pecho de su esposa. Ella, regocijada con su romance vespertino,
reinventa su trayectoria vital. Esas 60 páginas finales sin una coma, ni un
sólo punto aparte y que culmina con un "Sí" por la vida, constituyen
el prodigioso monólogo interior con el que, además de otras técnicas que
introduce en su libro, Joyce revoluciona para siempre las estructuras del género
narrativo.
Además, algunos críticos han señalado que cada
episodio corresponde a un color determinado y a alguna parte del cuerpo.
También se ha afirmado que la llegada de Bloom para reposar en el seno de su
esposa, representa la muerte del ser humano cuando retorna al seno de la
tierra.
Con la confirmación de Ulises como
una de las obras fundamentales del siglo XX, escritores e intelectuales,
lectores y admiradores regados por el mundo, celebran cada 16 de junio el
"Día de Bloom" o el "Bloomsday". Entonces en los festejos
se rememoran episodios de este insólito planeta literario, se recrea la
vida y peripecias de su autor y se realizan en voz alta lecturas
colectivas sin fin desde horas muy tempranas hasta poco antes de la
medianoche.
José Luis Díaz-Granados (Santa Marta, 1946), poeta, novelista y
periodista cultural. Su novela Las puertas del infierno (1985),
fue finalista del Premio Rómulo Gallegos. Su poesía se halla reunida en un
volumen titulado La fiesta perpetua. Obra poética, 1962-2002 (2003).
Cortesía de Con-Fabulación
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