Poemas de Olimpa Bracho
HOLOGRAMA
Existes
En ese territorio etéreo
Vedado a mis deseos
Distante
Perdido
Inmune…
Se aferran mis manos a tu cuerpo
Mariposas sedientas
Sobre campos de lirios
Días áridos
Sin la humedad de tu carne
Socavando mi epidermis
Con tan solo caricias ajenas
Para alimentar el placer sustituto
Existes
En ese territorio etéreo
Sin forma definida
Plenilunios para mi fantasía
Tú tan cerca en el silencio
Pastoreando sobre mis arrabales
La urgencia de tus dedos
El vaho de la tierra
Perfuma mis laberintos de musgos
Alas de libélula encantada
Visten de fuego tu silueta
Y tu animal glorioso
¿Existes?...
Subyugaré la rosa
Con un beso instantáneo
Y al rozar sus espinas
Heriré la memoria
Infundiendo vida a tu holograma.
TRAS EL SILENCIO
Hoy
Cuelgo en un deseo clausurado
En tu altura sin sosiego
Ya no tendré la luna con tu partida
El silencio se viste de luto tras tus pasos
Y te pierdes en esa encrucijada
En fuga hacia otro mundo
Quizás nos encontremos tras otro amanecer
¿A dónde fue el suspiro
Que se robó el tiempo?
He de buscarte
Por los intrincados desfiladeros de la memoria
Poseída por el aforismo de tu beso
De pronto un leve roce
Tu piel despidiendo el aliento de la tierra
Y te descubro
Mordiendo la resolana de mis senos desnudos
Hombre mío
Cuerpo níveo, sexo pétreo
Tentación de animal terrenal
Eternamente fermentada en mis huesos…
Hoy
Solo persigo tu sombra tibia
Mientras te escudas tras el silencio
Soledad
Veo luces cansadas de brillar
Tu recuerdo se hace bruma, ausencia, lejanía
y regreso cada noche
para seguir viviendo
sobre tus huellas rotas...
AMANTES EN EL TIEMPO
En otra vida
Seremos dos extraños, rastreándonos
Nos encontraremos
Sin reconocernos
En los vestigios remotos
De otras primaveras cálidas
Dentro de nuestros cuerpos
Aullarán furores ignotos
Como lobos intrusos
A una luna sobreviviente
En otra vida
Seremos dos extraños, explorándonos
Mientras el silencio grita nuestra historia
Sin que la oigamos
Deshaciéndonos
Persiguiéndonos
En ese tiempo retornable
Éxodo de besos
Envueltos en la niebla
Y es que el amor no muere
Se transforma y renace
Sobre huellas perennes
Ansias
Milenios
Memorias
Tú y yo
Que hoy somos combustión húmeda
Ya no seremos iguales
Y sin embargo
Al hollar las murallas
De la vida después de la muerte
Entonces
Seremos los mismos
Animales nocturnos
Jugando a reencontrarnos
Quizás
En otra vida…
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