“En la alta noche”, nuevo poemario de Alberto José Pérez




El poeta venezolano llanero Alberto José Pérez es un poeta, quién lo puede dudar aún en este juego de palabras. Ya tiene una vasta obra. Entre sus más recientes libros Confesionales, Un poeta como yo, El poeta de quien les hablo, Retrato de memoria del corazón de una mujer, Como si valiera un siglo y Olor de amor. Reconocimientos no le han faltado.

Ahora En la alta noche (Fondo editorial del Caribe, 2010). Tono confesional y aparentemente ligero, siempre con la reminiscencia del llano. Dejemos que su poesía hable:

Quizás nadie venga

Quizás nadie venga a mi tumba
a buscar el poeta que seguiré siendo

eso estará bien

si han de buscarme
que lo hagan en el sonido de las palabras de nuestra lengua
en ls tolvaneras de las sabanas de mi tierra
en las olas del río de mi pueblo

pero como estoy aquí todavía
con mis angustias y dolores
levanto la mirada y se van mis ojos
como una carta urgente
procurando unas manos que me acaricien
o terminen de matarme
ahora que a nadie interesa la belleza del honor.


Hoy


Qué tal un trago un cigarrillo
qué tal una palabra que flote como una llama azul
hoy que pienso
que el silencio en la guerra debe ser terrorífico
y en el mar presagio de tormenta

hoy que pido que me devuelvan la flor que se llevó el viento
que me den la sombra y el llanto de la muerte
un caramelo o cualquier cosa
que ayude a disipar este desasosiego
desconocido en mis fronteras
cuando calmo el cielo
miro la montaña
mortal en mi escalera de huesos

hoy que mis pasos y mi canto oscurecen
en el leve sonido de la tierra al girar
en el brillo de unas manos temblorosas
mientras saludo a mis padres
que están sentados en mis ojos
como ecos de palpitaciones fluviales
de ls riberas encantadas del Apure
soledades mitológicas
que aparecen en los sueños
ganando siglos en mis silencios

qué tal un trago y un cigarrillo
hoy cuando vuelvo a casa
y veo la hora que tanto he buscado
en la esfera del reloj

hoy que siento nacer mis palabras
hoy que te canto sin nombrarte
para que m regales tus glorias y tus dolores
y la luz de tus ojos imperiales
para que me ayudes a sostener este país inconcluso
desmadejado en sus entrañas
hoy que descubro nombres que son ventarrones
y otros que acunan con exquisita belleza en la vida del hombre
fundándose como un As de Espadas
apartando escombros
haciéndose del día
de la vida y sus colores

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