Por Edgar Cherubini Lecuna
París, Francia
Hoy en la mañana, cientos de miles de parisinos apretujados en los vagones del metro leían en sus periódicos una de las noticias más importantes del día: “Simone Veil a la Academia Francesa”. A sus 82 años es una de las personalidades femeninas favorita de los franceses y es la sexta mujer de los llamados "inmortales". Esta mujer que logró sobrevivir a los campos de exterminio nazis, consagró su vida al combate político y social, donde se destacó por su lucha a favor de las mujeres.
“El método en las ciencias y la purificación de la vida personal son las dos condiciones de la verdad”, afirmó esta mujer considerada como agnóstica, revolucionaria, filósofa, ferviente militante, mística y rebelde. Siendo una adolescente fue deportada al infierno de Auschwitz junto con su hermana y su madre quien murió en el campo de exterminio. En una carta la joven le escribe: “Me recuerdas que debo ser generosa. Creo madre que formulaste mal tu consejo pues debo decirte con toda certeza que lo que siento dentro de mi es un gran deposito de oro puro que crece cada día y que me urge compartir con los demás”.
En 1974 fue nombrada por Giscard d’Estaing como Ministro de la Salud y en 1976 se convirtió en la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo.
En el año 2005, acompañada entre otros por Jacques Chirac, efectuó una dolorosa visita a Auschwitz por los cincuenta años de la liberación del campo donde estuvo recluida. En esa oportunidad declaro: “Hablar de la historia de la Shoa (Holocausto judío) no es solo una obligación moral con sus millones de muertos, sino un deber de estar vigilante con los vivos, para que esto no vuela a ocurrir”. El académico y periodista Jean Ormesson ha comentado hoy: "Con ella el Holocausto entra en la Academia" (Le Monde). La primera mujer en ser aceptada en 1980, fue Marguerite Yourcenar, le siguieron Jacqueline de Romilly, Hélène Carrère d’Encausse, Florence Delay y Assia Djebar, con Simone Veil suman seis las “inmortales”.
La espada de la Academia le fue entregada a Veil por dos expresidentes, Jacques Chirac y Valéry Giscard d'Estaing, quien la inició en las políticas públicas. Estas son algunas de sus obras: “La Pesanteur et la Grâce”, Paris, Plon, 1947; “Oppression et liberté”, Paris, Gallimard, 1955; Intuitions pré-chrétiennes, Paris, La Colombe, 1951; “L'Enracinement” Paris, Gallimard 1968.
La espada flamígera de la libertad de pensamiento hoy está más resplandeciente.
edgar.cherubini@gmail.com
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