Ilustración: Francis Bourdouxhe
EN VOZ ALTA
“Quemar no es contestar” (GERALD DE NERVAL)
Aquella noche el viento llamaba a mi puerta
con nudillos de recién nacido
Sentía un vivo deseo de correr al trotecito
Me veía en el espejo relinchando como un caballo
al que se patea en los ijares.
En las calle miraba el rostro de la gente
caras vacías a las que el espectáculo
prestaba algunas de sus luces
Creía reconocer en ellas a personas que me habían
sido familiares hace mucho tiempo
A duras penas evitaba saltar al cuello
de quienes pasaban a mi lado
Vi caer un paracaidista disculpándose
con la mejor sonrisa
Una y otra vez preguntaba por la dirección
de mi casa olvidada bajo llave
Arrastraba los pies con exagerado amor propio
daba un paso y otro
De repente me encontré subiendo las gradas
de un inmenso estadio desierto
Hablaba en voz alta en voz alta.
(de Combate del Carnaval y la Cuaresma)
EL HAMBRE
Mientras miraba fijamente las vueltas que daba un pollo
en el asador
Advertí que a pesar de poner todo empeño de mi parte
no podía cerrar la boca.
Afortunadamente había pasado desapercibido para las personas
Que a esa hora acostumbran pasearse
A lo largo de la calle.
Cuando tocado por la curiosidad alguien se detuvo
A mi lado y echó una ojeada
Luego con el aire del domador de circo que mete su cabeza
En la boca de un león, introdujo la suya en mi boca
Y volvió a sacarla al parecer sin ningún desperfecto.
Sólo en la expresión avergonzada de su rostro
Se adivinaba que acababa de perder la cabeza.
(de Combate del Carnaval y la Cuaresma).
EL AZAR DE TUS PASOS
El azar de tus pasos por el que tomas
cada vez mis caminos
Cada vez que vuelves el rostro
hecho de un fino hilo de agua
Endulzas tus palabras guardadas
para los días de fiesta
Corteses como damas de compañía
en el mirador de un hotel
Cuyas escaleras mareadas jamás prestaron
su mano a otra boca más roja
Ramas con azulejos tus cejas
bajo las que corres
una armadura de cota de malla
He visto como olvidabas tus ojos
en la porcelana de sol:
Leche derramada en la mesa de noche
Pero nunca dejabas de preguntarle
a una rosa abandonada en tu escote
Parte de su encanto consiste en borrar
de tu mirada otro paisaje
Vueltas a encontrar tus horas
en un reloj de arena
La ceguera tiene salas para jurar
en vano que mientes
Si dices que despiertas para los que sólo
sueñan que despiertan.
(de la Parte del León)
ALBORADA
¿Es una fuente o una muchacha
desnuda
la que ese viejo alcornoquero
persigue en el descampado
del parque?
Un tribunal de helechos
parece agolparse
en la galería al aire libre
Mientras alrededor
del ruinoso estanque
Algún visitante ocasional
Cae en los hermosos brazos
de la bruja albina
siempre a horcajadas
de la ventisca mañanera.
Yo soy arrobado comedor de opio,
la sal en la taza de té.
(de Sol Negro)
EL APAGON
Los rojos San juaquines florecían
A mi paso
Arriba la nubes, blancas
Paredes
De mil pies de altura
Por las que me veía volar tosiendo
Como un aeroplano
En cambio, parecía que la gente a mi lado
Pataleaba sobre la cabeza de un calvo
Ponían mi emisora favorita
Y me encontré silbando las letras
De una canción.
Al oído de la encopetada dama
Que tomaba el té en mi compañía.
Fue entonces cuando corrió el rumor
De los apagones
Desde el salón miraba la negrura
De la calle cubierta de gigantescas
Hojas de periódico.
Alguien trepaba sobre mis espaldas
Y sobre las espaldas
Del que se trepaba a mis espaldas
El último en subir prendió una cerilla
...Usted, usted se fumó el sol
Me gritó desde las alturas.
Para Carlos Bedoya.
(de Sol Negro)
DAMAS DE LUTO
La noche del sábado arrimaban a mi mesa
una botella de brandy y dos mujeres de luto.
Era muy negra, muy negra ese día mi estrella.
fuimos a un teatro de pacotilla
donde había la escalera a la luna de un pintor
que sacudió un tarro de pintura
en mi solapa.
El villano que paseaba en escena
las narices puestas en el escote
de las damas de luto,
me miraba a la salida
desde el espejo empañado de la taquilla.
Se hicieron gárgaras mis palabras de amor
y tomé el primer taxi a la vuelta del teatro,
mientras la luna escupía huesos de fruta a mi paso
y el viento en las esquinas, pasaba lista a la aurora.
(de Sol Negro)
EL CIRCO DE LOS ENAMORADOS
Abril huye en traje de noche en el café del desvelo
Encaramados a las lunas de escaparate
Al escaño trastabillante del escenario nocturno
Los músicos de la orquesta
Llevan enchapes por bigotes
Flores de papel en el ojal
Pecheras almidonadas donde se estrellan
Botellas de champaña.
En ese frente desmantelado del sueño a la vigilia
Se toman por asalto los enamorados
Para desajustarse escotes y corbatas en público
Para desvestirse los senos encabritados
En las propias marmóreas narices del alba
Arribando con todas sus luces disparadas
Sobre la insomne clientela del amor
Arrumando las jaulas de un circo que parte
A la entrada del día.
(de El Partido del Diablo)
LA REALIDAD Y EL DESEO
La tarde arrastra una banda de música
Tras los faldones del viento.
Súbitamente delante de mi vista
Una alada pareja de baile
Persigue las notas otoñales
Del acordeonista solitario
Al fondo de la alameda
Un ciego trastabillante
Bajo la lluvia
Aparece en el parque dominical
Al paso que la estatua
De mármol de mi pensamiento
Pierde su última hoja de parra
Al avecinarse el anochecer.
(de El Partido del Diablo)
PASAJE AL DESAMOR
En la percha de septiembre se abrigan
Las golondrinas del desamor.
Una mujer del signo de la balanza
Desaparece en la luz hiriente
De un espejo ilusorio
Tras abandonar
Su heráldica, nostálgica
Zapatilla de ballet,
En la sala de baile desierta.
Prosigue a solas el pianista del invierno
Su melodía cristalina, guirnalda de agua,
A la salida de un pasaje comercial de la ciudad.
(de El Partido del Diablo)
EL OLVIDO
Cerca al desposeído al desamparado
El olvido pasea sus muertos
Insepultos entre la niebla
Cruza el sordo la calle
A brincos la sangre le hace señas
En el espejo de la mañana.
Y no hay un árbol a la redonda
Donde poner un nido de pájaros
Una sola nube donde acampar al sol.
El olvido pasea sus muertos insepultos
Cerca al desposeído al desamparado.
El sordo cruza la calle.
Entre la niebla acampan los pájaros
Porque no hay un sol donde poner una nube
Un árbol donde borrar
La sangre a cántaros de la madrugada.
(de El Partido del Diablo)
NOTA BIO-BIBLIOGRAFICA RAÚL HENAO: Poeta y ensayista colombiano nacido en Cali el 2 de diciembre de 1944. Ha vivido en Venezuela, México y los EE.UU. Su poesía figura en importantes antologías mundiales e iberoamericanas entre las que se cuentan Poetas Parasurrealistas Latinoamericanos (Honolulu, Hawai, 1982); The Beloit Poetry Journal – New Latin American Poets (Wisconsin, EE.UU., 1982); Poetas Surrealistas Nórdicos y Latinoamericanos (Dunganon Again, Suecia, 1984); Poesía de España y las Américas (Puerto Rico, 1992); Poetas Hispanoamericanos para el Tercer Milenio (México, 1993); Antología del Haiku Latinoamericano (Sao Pablo, Brasil, 1993); The Dadalus Book of Surrealism. The Myth. Of the World (Londres, 1994).Surrealismo e Novo Mundo (Porto Alegre,Brasil,2002). O Comeco da Busca (Sao Paulo, Brasil,2001) Das Surrealistische Gedisht (Frankfurt am Main. Alemania,2001)Poesys (2) de Dragoste (Bucarest.Rumania,2001) Haiku-International Anthology-The leaves are back to the Tree (Atenas.2002) Libros publicados: Combate del Carnaval y la Cuaresma (Editorial Gamma, Medellín, 1973); La Parte del León (Ed. Monte Ávila, Venezuela, 1978); El Bebedor Nocturno (Ed. Instituto de Cultura y Bellas Artes, Cúcuta, Colombia, 1978); El Dado Virgen (Ed. Fundarte, Caracas, Venezuela, 1980); Sol Negro (Ed. Unicornio, Medellín, 1985); El Partido del Diablo / Poesía y Crítica (Ed. Lealón, Medellín, 1989); El Virrey de los Espejos (El Oso Hormiguero, Editor, Medellín, 1996); La Vida a la Carta / Life a la Carte (Ed. Festival Internacional de Poesía en Medellín, 1998).La Belleza del Diablo (Madrid, España, 1999)
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