Lugar: Restorán Rucio Moro, Urb. Bello Campo, Caracas. Fecha: Miércoles 17 de junio de 2009. Hora: 12 m. P R O G R A M A: 1.- Proyección de un video producido por el Sr. Álvaro Sánchez, hermano de Alfredo Sadel. 2.- Presentación del libro a cargo del Sr. Oswaldo Yepes, Presidente del Museo de la Radio. 3.- Bautizo del libro (Padrinos: Carlos Almenar Otero, Raquel Castaños y Mario Suárez) 4.- Breves palabras del autor Carlos Alarico Gómez. 5.- Recital del cantante lírico Reinaldo Álvarez Yépez, acompañado al piano por el Maestro Pedro López. 6.- Interpretación de dos boleros de Sadel a cargo del Maestro Carlos Almenar Otero. 7.- Brindis
LA VIDA DE ALFREDO SADEL
Por Carlos Alarico Gómez
La vida del tenor Alfredo Sadel es el centro de atención de la última investigación que acabo de completar con el apoyo de muchos documentos que tuve la oportunidad de consultar, así como de numerosos testimonios provenientes de analistas, amigos y parte de su extensa familia, lo que me permitió ordenar una época muy intensa, en la que Venezuela cambió de una sociedad rural a otra de características diametralmente opuestas, en una atmósfera social que desechó la formalidad del vals para lanzarse en las delicias del bolero, transformando las relaciones románticas –que entonces eran muy rígidas- y escandalizando comprensiblemente la sociedad de los años treinta. Un aspecto importante de esta investigación va unida al nacimiento y popularización de la radio, lo que influyó radicalmente en el cambio que se va produciendo en el país y que lleva progresivamente las armoniosas notas del nuevo romanticismo hasta los más recónditos lugares de la geografía nacional. Sadel absorbió ese entorno en el que se desarrolló su infancia y a temprana edad comenzó su camino hacia el más fulgurante estrellato, convirtiéndose en el cantante más significativo que tuvo el país durante el siglo XX.
En ese sentido puede afirmarse que el popular cantor fue un representante auténtico de esa Venezuela que creció vertiginosamente, casi siempre en forma episódica, viviendo cada cambio con la natural avidez de un joven que a los dieciocho años estaba ya en el inicio de su brillante carrera como cantante profesional, una vocación que sintió desde muy niño. Desde el comienzo compartió sus triunfos con los avatares. Su inicio fue marcado por un rechazo en Radio Caracas y por una rechifla en el Nuevo Circo, pero no se dejó arredrar por eso y a los pocos meses estaba cosechando los más espectaculares éxitos en los escenarios de la música popular, que lo llevaron a triunfar en la radio, el cine y la televisión. La razón de su rápida aceptación en los melómanos de entonces estaba en la naturalidad de su canto melodioso, que comunicaba con ternura en mensajes modulados de manera cadenciosa, matizados por una gestualidad sugestiva que enloquecía virtualmente a las quinceañeras de la época.
Aquel cantor
Sadel fue un trovador de nuevo cuño y un difusor excepcional de la música romántica, dotado de un estilo altamente expresivo, producto de sus estudios y de su disciplina obsesiva por el canto. Su arte lo llevó a todos los confines del continente americano, en cuyos escenarios logró un éxito resonante, pero no conforme con ser un ídolo adorado por las multitudes tomó la decisión de incursionar en el campo de la ópera, inspirado en su propia fe y en su extraordinaria sensibilidad artística, que lo llevó a triunfar en los teatros más renombrados de Europa. El intérprete sanjuanero, locura de las damiselas de la época y expresión integral de la cultura bolerística del país, fue creando su propia técnica, la cual perfeccionaba en la medida en que iba alcanzando madurez. El libro narra la historia de una época romántica y de un cantor que legó a la eternidad una amplia discografía que abarca más de dos mil canciones y, sobre todo, su profundo amor por Venezuela, de lo que dejó constancia en melodías inolvidables como Canta arpa, Caminos de mi tierra, El guarapo, Cantar venezolano y tantas otras en las que expresó su devoción por la tierra que lo vio nacer.
El Museo de la Radio
Como muchos recordarán, Alfredo Sadel dio sus primeros pasos en la radio venezolana tanto en shows en vivo como a través de sus discos, en aquella época de 78 r.p.m., convirtiéndose desde sus inicios en el primer ídolo de la canción en todo el país. Por esa razón ha sido incorporado al Salón de la Fama del Museo de la Radio, que dirige Oswaldo Yepes, cuyo apoyo fue significativo para la elaboración de esta obra. El popular cantante no sólo se destacó en la radio. Su figura se proyectó a través del cine y de la televisión convirtiéndose en el personaje más impactante de nuestra música popular, no sólo en Venezuela sino en Latinoamérica y Estados Unidos. La investigación efectuada abarcó una extensa hemerografía y la revisión de la escasa bibliografía existente sobre el tema, pero las estadísticas de sintonía y de ventas de discos suministradas por el Museo de la Radio fueron claves para poder verificar la popularidad del llamado tenor favorito de Venezuela, nombre que le fue dado por Alfredo Ferrara en Radio Caracas a principios de los años cincuenta.
Sin duda, la mayor aspiración de un escritor es que su obra se lea, pero en el presente caso el autor desea llegar a los artistas de antes y de ahora, para que visualicen el esfuerzo sistemático que este humilde venezolano efectuó para encumbrarse en los escenarios más deslumbrantes en los continentes asiático, europeo y americano. La lectura de la obra permitirá a los amigos y a los admiradores disfrutar de muchos recuerdos, no sólo sobre Alfredo Sadel y sus canciones, sino también sobre esa época de oro de la radio, el cine y la televisión, además del conocimiento de la vida de tantos personajes que se mencionan en sus páginas, donde se destaca la labor del primer ídolo de la canción en Venezuela, lo que servirá de ejemplo para las nuevas generaciones de músicos, cantantes y compositores.
Como diría Antonio González (Gonzalito), amigo del desaparecido cantor, “Alfredo era la conjunción de todas las virtudes del arte. Tomaba el matiz y el color del pintor, del escultor su cincelada forma, a la palabra del poeta le daba elocuencia y a la canción le comunicaba su alma expresiva. ¡Era el actor de la canción! Ofrecía en sus interpretaciones mucho más de lo que estaba escrito, gracias a su genialidad creativa. Asistir a una función de Alfredo equivalía a participar en una noche de encantamiento, pues cada actuación suya era diferente a la anterior, lo que se concretaba en situaciones inteligentes, simpáticas y a veces pintorescas, que incorporaba teniendo siempre presente el buen gusto dentro de la mágica y cálida intimidad del sonido de su voz”.
En ese mismo sentido se expresa Carlos Almenar Otero, tenor lírico que llevó muy en alto la venezolanidad en los teatros de mayor renombre de la música operística. Kurt Pahlen, el mundialmente famoso crítico musical, incluiyó a Alfredo Sadel en su libro Grandes cantantes desde el siglo XVII hasta nuestros días (Great singers from the XVII Century to the recent days), publicado al castellano por Emecé Ediciones de Buenos Aires (1973, p. 330) y traducido en catorce idiomas, cuando pudo apreciar personalmente las virtudes del venezolano durante sus actuaciones en Suiza, calificádolo de “deslumbrante”. Pahlen tiene razón. El tiempo confirmará la inmortalidad de Alfredo Sadel colocándolo en el sitial de honor que le corresponde como ídolo perenne y cantor de la humanidad.
Gracias por ilustrarnos con el resumen biográfico sobre mi ídolo favorito, aprecio y valoro mucho a nuestro hermano de venezuela, no me canso de scuchar y cantar"INDIO SOY", "CANTA ARPA".
ResponderEliminarMe interesa y admiro mucho a las sopranos y tenores de la música lírica, aquí en el el Perú mishti destacó la diva cajamarquina IMA SHUMAQ pariente del inca Atahuallpa, espero q se siga difundiendo estos hechos culturales q deberían ser promovidos x el gobierno chavista a quien admiro mucho su valentía antimperialista.
Lean a Bartolomé de las casas, esa es nuestra verdadera historia de nuestro continente AWYA YALA mal llamado América.
Saludos desde el reino y señorío de los WARAS Y que les bendiga los espíritus de ambas cordilleras negra y blanca del hermoso callejón dla ñusta Inés Waylas Yupanqui q desgraciada
mente fué mujer del genocida d Pizarro, en el Departamento de ANCASH-PERU
Visite el blog: http://godofredozegarraangeles.blogspot.com/
Gracias por este valiosa investigación que será dada a conocer a las docente de la especialidad educación inicial, Milicia Bolivariana y red de Afrodescendiente Cumbe Monagas de las cuales pertenezco en su hacer . Agradecida
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